Incendios ha habido y habrá. Hemos convivido durante miles de años con el fuego, sin embargo los incendios han evolucionado en frecuencia y en virulencia, convirtiéndose en un problema ambiental y social.
Las causas son diversas, como sus soluciones. No hay una pastilla mágica, y sí muchas demandas a administraciones y a la propia población para evitar los episodios catastróficos que hemos vivido en los pasados meses y que han supuesto 49.000 hectareas calcinadas solo en Galicia.
Demandas para las Administraciones públicas:
1. Establecer una política de prevención de incendios forestales que prepare los montes al contexto del cambio climático.
- Gestión forestal preventiva (gestión biomasa, pastoreo, etc.).
- Campañas de extinción de incendios que no estén ligadas a la época estival, evitando parches de última hora de inicios anticipados por primavera seca o ampliaciones por otoños calurosos.
- Estabilidad laboral en el sector forestal evitando que las contrataciones se centren solo en los meses de mayor riesgo de incendio.
2. Crear campañas de sensibilización a la población:
- Sobre comportamiento ciudadano frente al fuego.
- Sobre alternativas al uso cultural del fuego.
- Campañas informativas sobre las zonas ZARI ((Zonas de Alto Riesgo de Incendios Forestales) y la elaboración de planes de autoprotección de las viviendas y urbanizaciones.
3. Establecer un plan de ordenamiento urbanístico en el monte:
- Identificación de las ZARI y limitar la construcción de viviendas sobretodo construcciones diseminadas.
4. Dotar a las Fiscalías de Medio Ambiente de más recursos para la investigación de las causas de los incendios y poder encausar a las personas responsables.
5. Demandas post-incendio:
- Realizar medidas urgentes de control de las cenizas y escorrentía para evitar procesos erosivos y de contaminación de cursos de agua.
- Realizar planes de recuperación de las zonas incendiadas.
- Establecer ayudas a las víctimas de las zonas incendiadas para reparar los daños en infraestructuras.
Demandas para la población:
- Extremar las precauciones, no encender fuego en el monte y nunca en verano o en condiciones climáticas “veraniegas”.
- Colaborar para identificar a las personas responsables.
- Asumir el riesgo de incendio en el medio rural, elaborando planes de autoprotección en sus viviendas y urbanizaciones. ¡Infórmate en tu municipio!
Queda mucho por hacer porque tenemos mucho que ganar.