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El vertido del Sierra Nava. Bahía de Algeciras. Enero 2007 | Foto: Pablo Sánchez |
De nuevo, la semana pasada volvió a saltar a los medios otro episodio de contaminación en la bahía de Algeciras. Galletas de fuel llegaban a la Playa de Poniente en la Línea. La causa una operación de bunkering realizada por la empresa Aegean, que se efectuaba entre su gabarra Mykonos y el carguero Zein I, de bandera panameña. Esta operación se estaba realizando en Gibraltar.
De nuevo, nos encontramos con el claro ejemplo del riesgo que conllevan estas operaciones de bunkering (repostaje barco a barco) que se repiten decenas de veces al día en la bahía, tanto en Gibraltar como en Algeciras. Se vuelve a hacer patente el coste ambiental asociado a la contaminación (este lo pagamos todos) de que las grandes empresas petroleras se beneficien de estas operaciones de alto riesgo. Aquí sacan beneficio a ambos lados de la frontera tanto CEPSA, como los puertos de la zona que generen más ingresos. Un claro ejemplo es el que realiza el Puerto de Algeciras ocupando espacio para fondear y realizar bunkering dentro del Parque Natural de Estrecho.
De nuevo, la Junta de Andalucía ha quitado importancia a las repercusiones del vertido, porque “no tiene mucha envergadura pues ha cesado”, dice Cinta Castillo, consejera de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía. Mientras, se tienen que limpiar dos kilómetros de playas, según el periódico El País, y sentirse afortunados porque el vertido ha cesado.
De nuevo, los partidos de la oposición se llevan las manos a la cabeza exigiendo que se haga algo con Gibraltar, que se impida “esas operaciones de bunkering que se hacen allí” y que el partido en el Gobierno deje de ser tan pusilánime con los del otro lado de la frontera. Por aclarar, la operación de bunkering a la que se responsabiliza del vertido es igual que las que realizan las empresas españolas en Algeciras y dentro del Parque Natural del Estrecho.
De nuevo, el Gobierno de Gibraltar se defiende y niega rotundamente que las galletas de fuel que han llegado a la Playa de Poniente proceda del Zein I y por lo tanto de Gibraltar, por lo que exime su responsabilidad en el episodio contaminante.
De nueva esta historia tiene bastante poco. Hacen falta creativos, para acabar con el grave problema de contaminación crónica que sufre la bahía, para acabar con las cortinas de humo diplomáticas que pretenden ocultar decenas de años de abandono ambiental a ambos lado de la frontera, para que las empresas dejen de campar a sus anchas con el beneplácito de las Administraciones y para que alguna de ellas se haga realmente responsables de lo importante: proteger la salud de las personas que viven en el Campo de Gibraltar (con un índice de mortalidad por cáncer superior a la media nacional) y evitar que un día tengamos que empezar la historia con “erase una vez una bahía...”
Sara del Río, campaña de Contaminación de Greenpeace