Darío Corrales, chileno residente en Tenerife, junto a las obras del puerto de Granadilla. "Vivo en un paraíso, pero lamentablemente las gestiones de las autoridades no actúan a favor de nuestras islas."
Una de las sentencias más contundentes que se han producido en nuestro litoral y que refleja no solo la lucha ciudadana y ecologista por defender el medio natural y el crecimiento sostenible sino también las ilegalidades orquestadas por las autoridades portuarias es la famosa sentencia del Tribunal Supremo sobre el relleno en la Plataforma de Os Placeres por el Puerto de Marín (Pontevedra). Esta obra se inició en el año 2000 y ha destruído una superficie de mar de 328.000 m2, en una zona que era un importante banco marisquero. El fallo, de 30 de octubre de 2009 declaraba ilegal el relleno.
Hace un año, en Greenpeace teníamos una premoción: las obras de otro puerto, el de Granadilla (Tenerife), se iban a paralizar no por ética ni voluntad política, sino por la acción de la justicia.
Decimos esto porque la barbaridad de Marín se queda pequeña, muy pequeña, comparada con lo que supone el puerto de Granadilla. Se está construyendo en estos momentos al sur de la isla y, por tanto, todavía no se han ganado al mar los 1.500.000 m2 de hormigón que se pretenden. Por tanto, es el momento de parar estas obras y que no pase como con el puerto de Marín, que la justicia llegó tarde, cuando ya se ha destruido la mar y su costa. Es el momento de que no se destruyan 17 playas, cinco kilómetros de costa y, entre otros, el bosque sumergido de sebadal (Cymodocea nodosa), una planta submarina de gran valor ambiental.
Ayer trascendía que el Tribunal Supremo ha anulado el Catálogo Canario de Especies Protegidas de Canarias tras la denuncia de Ben Magec - Ecologistas en Acción. Ese catálogo era una “triquiñuela” presentada por el Gobierno de Canarias con el apoyo de la Autoridad Portuaria, para que el sebadal no “molestase” en la construcción del puerto industrial de Granadilla.
Aunque las obras de Granadilla, allá por 2010, estaban paralizadas por la justicia debido precisamente a las irregularidades detectadas en la descatalogación del sebadal en este entorno, el Gobierno de Canarias aprobó una ley para legitimar la desprotección de los sebadales del sur de Tenerife, y permitir saltarse el escoyo ambiental. El Tribunal Supremo ha decidido mantener por ahora a los sebadales dentro del catálogo de especies amenazadas de Canarias. El Alto Tribunal cree, además, que existe una relación directa entre esta pretendida desprotección y la construcción del puerto de Granadilla.
No queremos que se cumplan nuestras premoniciones, queremos que se paren las obras de Granadilla. No puede pasar como en Marín, que cuando llegue la sentencia sea demasiado tarde, que ya se haya destruido este tramo de costa virgen para siempre. Y, sobre todo, queremos que aquellos que permitieron esta barbaridad respondan con sus nombres y apellidos ante la justicia. Queda aún pendiente mucho recorrido judicial, y si esperamos para entonces, puede ser demasiado tarde. #StopGranadilla.
Pilar Marcos (@PilarMarcos), responsable de la campaña de Costas de Greenpeace