Se cumple hoy, 29 de diciembre, un año justo desde que el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio pusiera en marcha oficialmente el proceso del cementerio nuclear centralizado (ATC, en la jerga nuclear) para los residuos radiactivos de alta actividad de las centrales nucleares españolas y su centro de experimentación nuclear asociado.
Por aquellas fechas, hace un año, e incluso algunos meses antes, el ministro de Industria, Miguel Sebastián, y el Secretario de Estado de Energía, el ahora dimitido Pedro Marín, se mostraban muy ufanos y felices ante todo tipo de foros vaticinando que el proceso del cementerio nuclear se habría culminado en “4 ó 5 meses” y que habría "bofetadas" entre los pueblos españoles para quedarse con el cementerio nuclear.
Pronósticos fallidos, como se puede comprobar. Sobre las “bofetadas” entre los pueblos, más bien pocas. De los 8.114 municipios que actualmente existen en España (según el INE, a 1-1-2010), sólo 8 son candidatos para el “concurso del ATC” (el 0,09% del total de municipios). Desde luego, no es para tirar cohetes. Y ello a pesar de la intensa campaña del Ministerio de Industria y de la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (ENRESA) enseñando el talonario para tentar a los alcaldes con grandes sumas de dinero público y falsas promesas de desarrollo y prosperidad al municipio que albergase el cementerio nuclear.
Sobre lo de que “esto estará resuelto en 4 o 5 meses”, qué decir. Nada de nada. El año 2010 ha terminado sin que el Ministerio de Industria haya logrado avanzar en su propósito, sino todo lo contrario. Lo que sí se ha constatado es un amplio rechazo social, territorial y político al cementerio nuclear, y que TODOS los gobiernos autonómicos y los parlamentos de las Comunidades Autónomas con algún municipio candidato hayan mostrado frontalmente su oposición a esta instalación.
Al ministro adivino le gusta hacer muchos vaticinios, siempre pronucleares. El pasado 18 de febrero pronosticó en el pleno del Congreso de los Diputados que “la energía nuclear será un día una renovable más", al argumentar que en el futuro podrán utilizarse como combustible los residuos que se almacenen en el cementerio nuclear centralizado. Aunque en esto es poco original, ya que es lo mismo que llevan pregonando muchos pronucleares desde hace casi 50 años, y… aún estamos esperando alguna noticia al respecto.
A ver si los Reyes Magos le traen al Gobierno la inteligencia política suficiente para entender que lo que hay que hacer es poner en marcha un plan urgente de cierre progresivo de las nucleares. Sólo así podrá generar un amplio consenso social, territorial y político en torno a la cuestión de los residuos radiactivos y, paralelamente, eliminar un gran obstáculo hacia un sistema energético 100% renovable, eficiente e inteligente.
Carlos Bravo, responsable de la campaña Nuclear de Greenpeace
- Noticia: Un año después de su inicio, Greenpeace recuerda que el proceso del cementerio nuclear ha fracasado políticamente
- Campaña Anti-nuclear de Greenpeace