Protección a nuestra costa

La destrucción de nuestras costas afecta al sector agrícola, ganadero y pesquero que encuentra cada vez más dificultades debido a la pérdida de espacio donde desarrollar sus actividades y debido a la contaminación de las rías y marismas que impiden las actividades de marisqueo. En la duodécima edición de nuestro informe Destrucción a Toda Costa realizamos un viaje por las costas españolas y nos damos cuenta de cómo el sector primario se ve cada vez más reducido y se enfrenta a grandes problemas ambientales por el desarrollo de proyectos urbanísticos que suponen formidables inversiones monetarias que favorecen a una parte muy reducida de la población a expensas de la pérdida de hábitats y de los servicios ambientales.

En Galicia nos encontramos una de las comunidades autónomas que de manera más holgada incumple la directiva de depuración de aguas, tanto es así que el marisqueo se ha visto severamente afectado. La gravedad de la situación llevó a la Xunta de Galicia a desarrollar un Plan de dinamización con una inversión de 107 millones de euros para pagar subsidios a los mariscadores afectados y en sólo 5 años, 1.000 personas han tenido que abandonar el marisqueo.

Joám Luís Ferreiro Caramês trabaja como biólogo, en una cofradía de pescadores que faena en la ría de Ferrol y nos cuenta cómo ha visto degradarse la Ría, pasando de ser la más productiva de toda Galicia a tener en la actualidad más de la mitad de los bancos marisqueros cerrados por ser zona C (elevada contaminación microbiológica) debido a los vertidos de aguas fecales. Sólo el saneamiento de las aguas residuales de la ría de Ferrol habrá supuesto una inversión superior a los 200 millones de euros.

José Manuel Suárez, percebeiro en Costa da Morte, nos cuenta cómo ve la costa cada día más arrasada, “hay mucho furtivismo, y además está llena de los vertidos de barcos y basuras”

En Asturias nos encontramos que los planes sobre la ordenación urbana no son tan verdes como se pinta, a tenor del renacer del ladrillo y de los planes urbanísticos. José Ramón Menéndez y su vaca Benia posaron para nosotros en los verdes acantilados costeros de la parroquia de Verdicio, Gozón, que tiene 90 ha amenazadas por la construcción 234 viviendas y donde los parámetros urbanísticos del Ayuntamiento se ajustarán a las pretensiones de la promotora que ya suponía, cuando se proyectó en 2005 una inversión que superaba los 100 millones de euros. Los agricultores y ganaderos de la comarca de Avilés, advierten que las urbanizaciones y los campos de golf ponen en peligro las explotaciones ganaderas y llevan años reclamando que se respeten y protejan los núcleos rurales.

El sector pesquero también encuentra grandes trabas en Asturias debido a la cimentación costera, así en Gijón, Jorge Álvarez nos habla de la ampliación del puerto del Musel que cubrió de hormigón la zona donde su cofradía salía a coger el centollu y perdieron los caladeros.

En Cantabria, las pérdidas de humedales y de biodiversidad, como consecuencia de la ocupación de la costa, ponen de manifiesto las dificultades a las que se enfrentan pescadores y maricadores. Pilar Castanedo es mariscadora en Cantabria y nos cuenta cómo las obras de dragado en El Alto de «El Sablón» donde hoy está el Puerto Deportivo Marina del Cantábrico y El Alto de «La Línea» que también dragaron entero y hoy es donde los barcos descargan los coches han acabado con zonas de marisqueo en que se cogían almejas y berberechos. A Pilar, le preocupa que pronto desaparezcan estas zonas “porque al dragar los altos nos quitan zonas donde mariscar”.

Joám Luís, José Manuel, José Ramón, Jorge y Pilar son sólo algunos ejemplos de personas que viven y dependen de las costas. Son afectados directos de la mala gestión y la especulación irracional que vivimos en nuestras playas. Desde nuestra plataforma, tú también puedes hacer algo, firma para que no modifiquen la Ley de Costas y para que no acaben con nuestras playas.

Tatiana Nuño Martínez, Técnica del Área de Biodiversidad y Contaminación