Hoy teníamos previsto escribir un post ficticio, un post que nos hiciera entender por qué la protesta pacífica es importante. Era un post en el que imaginábamos un mundo en el que la protesta pacífica estuviera prohibida. En el que se callaran las voces que hablan en contra del sistema, un mundo en el que nadie tuviera derecho a protestar.
En nuestro escenario imaginario un Decreto ley habría eliminado toda posibilidad de queja o argumentación en contra de algo. Un mundo en el que tendríamos que asumir todas las incoherencias y defectos de nuestras vidas sin poder levantar la voz.
Habíamos pensado en imaginarnos una situación cuando ya no hace falta que imaginemos demasiado porque, aunque parezca increíble, la realidad ha superado nuevamente la ficción.
Hoy tenemos tres activistas heridos por las embestidas de la Armada en una acción pacífica contra las prospecciones petrolíferas en Canarias. Nos dejan... ¡Sin derecho a la protesta!
Hoy tenemos, después de una operación de tibia, a Matilde, una activista de tan solo 21 años, dada de alta en el Hospital Negrín de Gran Canarias. ¡Protestar sale muy caro!
Hoy tenemos a nuestro barco Arctic Sunrise detenido bajo fianza en el puerto de Arrecife en Lanzarote. Nuestros barcos son una herramienta fundamenta para hacer campañas. Nos dejan... ¡sin derecho a la protesta!
Hoy nos acusan de una “infracción contra la ordenación del tráfico marítimo”, hechos tipificados como infracción muy grave en el Art. 308 de la Ley de Puertos del Estado y de la Marina Mercante y que pueden ser sancionados con multa de hasta 300.000 €. ¡Protestar sale muy caro!
Hoy la Comisión de Interior sigue avanzando en los trámites parlamentarios exprés para reformar la Ley de Seguridad Ciudadana que intimida, criminaliza y castiga con elevadas sanciones cualquier acto de protesta pacífica, atentando contra derechos fundamentales de libertad de expresión, reunión y manifestación.
Y hoy también nos enfrentamos al juicio más importante de la historia de Greenpace España. Porque pintar peligro nuclear en la central nuclear de Cofrentes para decir que las nucleares son peligrosas y deben desaparecer, puede llevar a la cárcel a un fotoperiodista freelance y a 16 activistas de Greenpeace. Nos dejan... ¡sin derecho a la protesta!
Hoy podemos seguir imaginando, pero este ejercicio de imaginación no nos debe llevar demasiado tiempo, porque todo es absolutamente como os lo estamos contando.
Esta claro que la protesta pacífica sale cara, y que nos quieren dejar sin derecho a protestar. Pero en Greenpeace seguiremos luchando, y ni las embestidas, ni las detenciones de nuestros barcos, ni las multas económicas nos van a callar. Porque nosotros creemos en un mundo en el que la protesta sea parte del juego democrático y vamos a seguir luchando hasta que nos quede el último aliento.
Ayúdanos a liberar el Arctic Sunrise, ayúdanos a que 17 personas no vayan a la cárcel por defender el medio ambiente. Tuitea este mundo al revés con el hagstag #ActionFriday #Cofrentes17 #FreeGpSunrise
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- Conoce a los 16 activistas y un periodista freenlance que hicieron la acción en la centra nuclear de Cofrentes.