4 millones de euros es lo que habrían ganado un puñado de centrales térmicas de gas por estar disponibles a respaldar el sistema eléctrico durante cuatro horas el pasado lunes, en el pico de precio de la electricidad que sucedió sobre las 19h de la tarde.
A un precio mayorista de la electricidad ya elevado por la sequía y la falta de más renovables instaladas en el sistema que pudieran abastecer la demanda a precios bajos, se ha sumado una elevación muy inesperada del precio que se paga a las centrales de gas por estar disponibles en caso de tener que entrar a funcionar a última hora (reservas de potencia adicional a subir). Una subida tan anómala que la CNMC se ha propuesto investigarla.
Más allá de las consideraciones económicas que el regulador tendrá que esclarecer, surge la pregunta de por qué la única forma (y como vemos no siempre la más barata) de que el sistema sea estable es pagar sumas ingentes de dinero a las grandes centrales contaminantes.
El lunes alrededor de las 19h de la tarde, la disponibilidad (que no lo producción, que se paga a parte) de estas centrales para empezar a generar electricidad se pagaba sobre los 250€/MWh. Según el Ministerio de Energía, el incremento del precio sería de 0,047€/kWh.
Ahora, no son cifras que tengan un impacto capaz de cambiarte la factura de este mes pero ¿qué preferirías? ¿Dar tu disponibilidad a reducir o desplazar a otras horas algo de tu consumo eléctrico y a cambio recibir la misma retribución o que ese dinero se lo lleven grandes centrales contaminantes para estar en rallenty por si a caso tienen que socorrer el sistema si la demanda sube demasiado?
Lo primero se llama gestión de la demanda y si has escogido esa opción, que sepas que no eres la única persona del planeta en querer hacerlo. De hecho en California ya hay un sistema para que las personas como tú y yo puedan hacer gestión de la demanda distribuida a través de una plataforma digital. Y funciona.
El futuro de la energía está aquí y no necesariamente tiene que estar en manos de las grandes eléctricas y los combustibles fósiles.