En Cataluña han hecho su apuesta a lo grande para paliar el déficit de 11.821 amarres en el año 2015 que anuncia el sector naútico. La disminución del 15% en la matrícula de embarcaciones en España desde el 2000, las iniciativas de amarre sostenible (como las boyas ecológicas que ya funcionan en Baleares, por ejemplo) y la riqueza de los fondos marinos de su privilegiada costa no parecen ser argumentos suficientes frente a la decisión (muy lucrativa para las constructoras) de salir de la crisis del ladrillo a golpe de hormigón e infraestructuras insostenibles.
Pero realmente... ¿implica el aumento de amarres un aumento de la llegada de turistas? ¿los turistas que lleguen mejorarán la calidad de vida de los municipios catalanes o al menos aumentarán sus ingresos económicos? ¿Merece la pena destruir el litoral para que los propietarios de esas embarcaciones las usen sólo unos días al año?
Afortunadamente, muchas personas sí se han hecho estas preguntas. Una de ellas, nos hizo llegar su denuncia en forma de foto a nuestra web, para que todos podamos contemplar la morfología de la costa de Blanes (Girona), antes de que la destruya la ampliación del puerto.
Y no es el único puerto que se prevé ampliar en Girona, los de L’Estartit (en Torroella deMontgrí), Empuriabrava (en Castelló de d'Empúries), Marina de Port d’Aro (en Castell-Platja d'Aro), Pals o la Marina de Palamós añadirán 433 nuevos amarres deportivos a los 23.240 que ya existen en la provincia.
En nuestro informe Destrucción a Toda Costa 2008 ya hemos denunciado la gravedad de estos proyectos. La ampliación de Empuriabrava supondrá el atraque de barcos de gran tonelaje y la desfiguración de la bahía de Roses atrayendo a los grandes cruceros del Mediterráneo. En Palamós, la ampliación uniría la Marina con el puerto haciendo desaparecer la Punta del Molí. Y en Pals el puerto deportivo destinado a la práctica del esquí náutico, ocuparía ocho hectáreas en la zona del Mas Carles, incluida dentro de la propuesta de los límites del futuro Parque Natural del Montgrí-Baix Ter-islas Medes.
Esperamos que estas ampliaciones no lleguen a buen puerto.
Carmen Solla, campaña de Costas de Greenpeace.