Todos los activistas en la entrada del Juzgado minutos antes del comienzo del juicio.
Escribo estas líneas desde Copenhague, ciudad que aspira al título de metrópoli verde del mundo en 2015. Lo cual es, cuando menos, irónico.
Aquí nos hemos desplazado un equipo de Greenpeace de ocho países, y Juan López de Uralde –mi predecesor en la dirección ejecutiva de Greenpeace España—, que está en el banquillo por protestar por la inacción de los políticos ante el cambio climático en la Cumbre del Clima de Copenhague de 2009.Y digo yo que, si Copenhague quiere ser referente en la lucha contra el cambio climático,
lo primero que tendría que hacer es no perseguir el activismo climático con cárcel, ¿no?
Al menos, ahora sabemos que
los activistas no tendrán que volver a la cárcel... Pero ¿cómo ha sido el proceso?
9:00.- Antes de entrar, nos dicen que podría no haber veredicto hoy. Una veintena de activistas con camisetas de Greenpeace rodea a los acusados, que posan ante la prensa con una pancarta que dice: “se necesita actuar por el clima ahora más que nunca”. Una alfombra roja conduce a la puerta del tribunal.
9:30.- Entramos en la sala de audiencias de un tribunal en Rådhuspladsen, el corazón de la ciudad. Fuera comienza a chispear una débil lluvia.
La sala está llena. Además de los activistas, hay periodistas y miembros de Greenpeace de diversos países.
El fiscal trata de introducir nuevas pruebas de falsificación, el juez las rechaza.Toma la palabra el fiscal. Pronto saca a colación el
“Párrafo de la reina”. Luego habla de la falsificación de documentos. Asimismo, menciona el historial legal de algunos de los activistas, que, según él, debería significar un agravante.
(El murmullo de las traducciones a varias lenguas envuelve las declaraciones).
El fiscal admite que la Policía no hizo un trabajo muy bueno al permitir que los activistas se colaran en el palacio donde tenía lugar la reunión final de la COP 15 (como se conoce la Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas). Pero eso no es razón, dice, para que los activistas sean perdonados.
Además, los activistas deberían estar sujetos a la ley, como cualquier ciudadano, independientemente de la cumbre, y deben ser castigados de acuerdo con la ley.
El fiscal dedica una gran cantidad de tiempo a justificar la prisión preventiva que se impuso a los activistas.
Sobre el “Párrafo de la reina”, dice que tanto el tribunal superior de justicia como el Ministerio de Justicia han estado de acuerdo en aplicarlo en este caso, y menciona un par de casos en los que se ha aplicado. Uno de ellos tiene que ver con un individuo que amenazó por email con poner unas bombas contra la reina (!). Además, continúa, los medios internacionales estaban presentes y expusieron
Los activistas no tienen los mismos derechos que los periodistas.
Por tanto, pide sesenta días de prisión, con suspensión de sentencia, y una multa de 3.000 coronas para todos y todas, menos para Victor Rask, quien tiene antecedentes, para quien pide setenta días y 5.000 coronas. Además, GP Nordic deberá pagar una multa no menor de 200.000 coronas (unos 30.000 euros). Y los activistas extranjeros deberán ser deportados y no pisar suelo danés en seis años (bufido de algunos periodistas locales).
11:00.- Toca el turno a nuestros abogados, Jakob Arrevad, Niels Forsby y Steen Beck.
Jakob dedica un tiempo a explicar la excepcionalidad del caso. La protesta estaba justificada porque habían cerrado las puertas a la sociedad civil en la COP15 y era la última oportunidad de hacer llegar el mensaje a los líderes reunidos en Copenhague.
El hecho de que la Policía se haya sentido avergonzada por el fallo de seguridad no debería ser razón para un castigo más duro en absoluto.
(El gélido aire del anémico verano danés contrasta con la ascendente temperatura dentro de la sala. El fiscal se saca la chaqueta).
La ley no contempla ninguno de los actos de Greenpeace. Se trata de un acto de libertad de expresión.
Jakob lee un texto: “nuestros niños deberían poder mirar al cielo y verlo limpio, etc. etc.”. Hasta la reina estaría de acuerdo, dice. ¿Sabéis por qué? Era una cita de la reina de 2010.
La falsificación de documentos no podría haber engañado a nadie, menos a la Policía, que, sin embargo, entró en el juego. Por tanto, no hubo tal falsificación.
11:50.-Receso.
12:00.- De nuevo habla Jakob. Alude a la acusación de allanamiento de morada, el “Párrafo de la Reina” y también, de nuevo, a la acusación de falsificación de documentos.
Y liga la acción de Greenpeace a legislación y precedentes en Europa, que antepusieron los derechos humanos a las supuestas infracciones. Asimismo, incluye algunos casos daneses que apoyan esta perspectiva. En casos excepcionales como éste, prevalecen los derechos humanos. Los jefes de Estado no pueden reclamar privilegios.
13:00.- Receso.
14:00.- Es el turno de Niels. Él pide la absolución por todos los cargos. “Se trata de un caso de libertad de expresión en un momento crucial”.
Algunos de los activistas ni siquiera entraron en el Palacio, ¿deberían ser también castigados?
Niels se declara muy sorprendido de que el “Párrafo de la Reina” haya sido sacado a colación desde el principio porque debería ser usado sólo para actividades contra la reina, y la acción de Greenpeace no tuvo nada que ver con ella. La reina era irrelevante. El mensaje estaba dirigido a los líderes allí reunidos.
Las circunstancias fueron muy diferentes de lo que los parlamentarios imaginaron cuando trabajaban en las leyes que se han traído a colación.
14:30.- Steen habla de los cargos de deportación.
(El fiscal sacude rítmicamente las piernas con impaciencia o quizás con nerviosismo).
La multa es excesiva. Otra impuesta a Greepeace Nordic anteriormente ascendía solo a 50.000 coronas. Se está pidiendo 200.000 coronas, “un alto precio por el derecho de expresión”.
Los activistas no fueron una amenaza en ningún momento para la sociedad que justifique una deportación. Greenpeace tiene un largo historial de acción pacífica.
14:45.- Hay un intercambio entre los abogados y el fiscal sobre detalles de sus declaraciones.
14:50.- Hablan los activistas. Primero lo hace Juantxo.
“Estuve 20 días en prisión por hacer una protesta pacífica –dice—, pero efectiva para llamar la atención de los líderes, y para que la COP15 fuera un éxito. Todo fue absolutamente pacífico. No pusimos a nadie en riesgo, pero el mensaje llegó claro y alto. Nosotros cumplimos nuestro objetivo, los líderes no.
“Sea lo que sea lo que se decida sobre nosotros, el hecho es que las emisiones globales siguen aumentando; el cambio climático continúa empeorando, y los líderes mundiales no hacen nada sobre ello. ¿No será ese el verdadero crimen?”
15:00.- Nora interviene. Era necesario, dice, hacer algo para que nos escucharan. Por eso lo hicimos.
15:04.- Joris Thijssen continúa desarrollando esta idea. Estaba en juego demasiado. “No lo hicimos porque era divertido”, dice. Llegaron las 24 horas finales y no había un acuerdo global y vinculante que suponga una solución para el cambio climático. Líderes como Al Gore han justificado un acto de desobediencia civil cuando todo lo demás falla. En juego estaba la destrucción del planeta.
Todos los activistas nos sumamos a la protesta a titulo individual, dice, y cuando fue requerido, nos presentamos motu proprio. Lo hicimos con toda honestidad porque no había más remedio. Joris pide al juez que tenga esto en cuenta a la hora de emitir su sentencia.
15:10.- El juez cierra la sesión y anuncia que el veredicto se dará el próximo lunes, a las 12:30.
15:30.- Nos reunimos el equipo de Greenpeace. La impresión general es que el fiscal ha sido pasivo y rutinario, frente a la sólida presencia de Greenpeace materializada en los voluntarios y voluntarias presentes, nuestros tres abogados y sus impecables defensas, y las emocionantes declaraciones de los acusados y acusadas.
Sólo queda esperar.
Miren Gutiérrez, directora ejecutiva de Greenpeace España