Lea este texto:
"Subida del nivel del mar, corales muriendo y explosiones de algas extendiéndose son sólo distracciones menores para mucha gente. Unos cuantos huracanes más como el Katrina, inundaciones dramáticas en la ciudades costeras del mundo rico, quizás incluso el cierre parcial del gran cinturón global de corrientes, especialmente si se trata de alguna de las que calienta el oeste de Europa: esto podría llamar la atención de los políticos. El problema es que para entonces puede ser demasiado tarde".
Podría ser una entrada cualquiera de este blog. Nada sobre lo que no hayamos hablado ya en múltiples ocasiones. En esta ocasión, sin embargo, se trata del último párrafo del editorial de la revista británica The Economist, que dedica en el primer número del año 2009 un amplio reportaje a la destrucción de los océanos debida a la acción del hombre.
¿Hay alguna diferencia en el hecho de que sea en el editorial de la principal revista económica del mundo donde se alerte en profundidad sobre la destrucción de los oceános a manos del hombre? Sin duda. Porque volviendo al manoseado McLuhan, "el medio es el mensaje". The Economist es una publicación netamente liberal, y muy alejada de planteamientos ecologistas. Cada uno que saque sus propias conclusiones. No obstante, no estaría mal que los neoliberales españoles comenzaran una reflexión sobre el grave error político y social que están cometiendo con sus planteamientos negacionistas de los problemas ecológicos.
Desde luego llama la atención de que para comenzar este año 2009, The Economist lance mensajes tan contundentes sobre la degradación ecológica del planeta. Se trata de una muestra más de que en época de crisis, la ecología es tan importante o más que antes, incluso para los más liberales.
Además de estar claramente dirigidos a informar a sus lectores sobre los múltiples problemas a los que se enfrentan los mares, en esta ocasión también está haciendo una denuncia concreta sobre la incapacidad de los políticos de mirar más allá del cortísimo plazo.
Termino con otra de ls frases extraídas de la revista, "la posibilidad de una catástrofe a gran escala es, simplemente, demasiado grande".
Juan López de Uralde, Director de Greenpeace España