La importancia de las abejas y otros polinizadores es incuestionable. Más de una tercera parte de la producción mundial de alimentos y cerca del 90% de las flores silvestres dependen de la polinización por insectos.
Sin embargo, las poblaciones de abejas y otros polinizadores están en declive. Varios son los factores que las amenazan, pero la agricultura industrializada y, en particular, el uso de plaguicidas tóxicos, es una de las principales causas de este declive.
El año pasado, en la Unión Europea se dio un paso decisivo para salvar a las abejas. Después de casi 20 años de inacción desde que se denunciaron los primeros casos de mortalidad de abejas debido al uso de insecticidas agrícolas por los apicultores franceses, se prohibió el uso de cuatro de estos insecticidas. Pero es una prohibición temporal y parcial: durante dos años y solo para algunos cultivos y usos.
Los gigantes químicos que fabrican estos venenos no han esperado mucho y han denunciado a la Comisión Europea por prohibir sus productos estrella y defender su benefício económico frente al interés general. Una de las primeras cosas que hicimos en la campaña fue dar voz a los apicultores, esas personas que están a diario con las abejas y que son los primeros testigos de lo que está pasando.
Ya no había dudas sobre los efectos que tienen estos insecticidas, pero más y más evidencias se ponen casi cada día sobre la mesa, incluso indicando que algunos de estos insecticidas que matan a las abejas también pueden afectar a los seres humanos, lo que no es de extrañar.
También este año salía a la luz un informe que confirma que agricultura ecológica es la mejor alternativa para preservar el equilibrio ecológico y la biodiversidad: en las fincas ecológicas existe hasta un 34% más de especies vegetales y animales y en particular hasta 50% más de especies de abejas.
No podemos dejar que estas prohibiciones parciales y temporales se anulen, ni tampoco que esto sea lo único que se haga para salvar las abejas. Hace falta mucho más. Este año no podemos dejar que este tema caiga en el olvido. Tenemos que seguir el ejemplo de estos insectos, como las abejas activistas de Greenbees, y crear un auténtico enjambre humano para salvarlas. ¡Te necesitamos!
Es urgente actuar para que estas prohibiciones se refuercen y amplíen a otros plaguicidas igualmente peligrosos. Es fundamental que políticos y legisladores apoyen decididamente la agricultura ecológica, la única solución a largo plazo para parte de los problemas de estos insectos.
Esta semana lanzaremos nuevos documentos que muestran la importancia de las abejas y demás polinizadores y culminará el sábado con un Día Europeo para Salvar a las Abejas. En España nos uniremos a través de iniciativas en varias ciudades para que suene bien alto un zumbido común que dice “Salvemos a las abejas y a la agricultura”. ¡Estate atento a nuestras iniciativas! Ha llegado el momento de devolverles todo lo que nos dan gratuitamente a través de la polinización.
¿Qué puedes hacer tú?
- Firmar para pedir a las autoridades españolas que protejan a las abejas
- Únete a Greenpeace para apoyar sus campañas a favor de las abejas y la agricultura ecologica y por un modelo diferente.