Una de los mensajes más importantes de los científicos del IPCC y al que no suele hacerse mucho caso es que, aunque el cambio climático ya está aquí y no lo podemos evitar, aún estamos a tiempo de evitar que sea catastrófico, es decir, podemos aún lograr que las temperaturas no suban 2ºC, límite a partir del cual una gran parte de las especies no podrían adaptarse y la humanidad sufriría graves consecuencias. Pero para lograrlo no se puede retrasar más la reducción de las emisiones de CO2, y ello exige un cambio del sistema energético (que es la fuente principal de esas emisiones) de tal envergadura que es lo que Greenpeace llama una “Revolución energética”.
Esa revolución energética implicaría cambiar la forma en que usamos la energía, gastando menos para obtener los mismos servicios (eficiencia energética) y cambiar, ahí es nada, las fuentes de energía de las que actualmente nos abastecemos en más del 80% por otras que sean sostenibles: las renovables. Esto es factible y además sería más económico a medio plazo que si seguimos como hasta ahora.
Greenpeace lo ha demostrado con el estudio “Renovables 100%”, donde se muestra cómo todas nuestras necesidades de electricidad en 2050 (incluso toda la energía que necesitemos además de la eléctrica) podríamos abastecerlas con energías renovables al 100%. El estudio desmonta muchos de los mitos sobre las renovables: cuando se analiza en detalle, se comprueba que disponemos de recursos renovables más que suficientes, con tecnologías disponibles hoy día; que el coste de producir electricidad con ellas se irá reduciendo y costará en 2050 bastante menos que hacerlo con energías sucias; y que podemos combinar las distintas renovables para garantizar el suministro con la misma calidad en todo momento. De hecho hay muchas combinaciones posibles para garantizar la demanda al 100% con energías renovables y distintos caminos para llegar ahí. Pero como no hay tiempo que perder, el estudio señala que hace falta una buena planificación energética para marcar el camino más económico y más corto hacia el horizonte 100% renovable.
No estamos, pues, ante ninguna utopía ni ante un callejón sin salida. La solución al cambio climático existe y lo que hace falta, con urgencia, es voluntad política para ponerla en práctica. No podemos aceptar más excusas: exijamos de una vez por todas que se despeje el camino a las energías renovables y se deje de tirar nuestro dinero en cavar nuestra propia tumba con el carbón o la nuclear, esas energías que por mucho que se empeñen nunca podrán ser limpias ni sostenibles.
José Luis García Ortega
Responsable de Proyectos. Campaña de Energía de Greenpeace España
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