Cuando pensamos en problemas tan cotidianos como la factura de la luz, la contaminación de nuestras playas y costas o el desempleo que sufrimos, muy pocas veces lo ligamos con reuniones de líderes de estado en capitales europeas. Y lo cierto es que tienen mucho que ver. En esas reuniones, en las que se ve mucha corbata o traje de sastre, es donde se definen los caminos que harán que los problemas más rutinarios se agraven o se resuelvan.
Hoy comienza en Bruselas la reunión del Consejo Europeo, formado por los líderes europeos, donde se hablará del futuro energético y climático de Europa para 2030. Y aunque parezca abstracto y lejano el hablar de objetivos ambiciosos y vinculantes para clima y energía, son estos objetivos los que van a marcar cuál será el modelo energético de los estados europeos en el futuro. Unas decisiones nada triviales porque determinarán aspectos como el nivel creación de empleos a través del desarrollo de las energías limpias, el ahorro energético de los hogares, si seguiremos dependiendo de energías sucias como el petróleo o el gas o cuánto pagaremos en nuestra factura energética mensual. Y en definitiva, cuánto contaminaremos nuestro entorno.
Y los números no son pequeños. En nuestro informe "La recuperación económica con renovables" mostramos que están en juego más de 3 millones de puestos de trabajo, la reducción de un 34% en la factura energética y una inyección a la economía de más de 545.000 millones de euros.
Por eso les pedimos hoy a los líderes europeos, entre ellos Mariano Rajoy, que apoyen tres objetivos vinculantes para 2030:
- Un objetivo climático de, al menos, 55% de reducciones de emisiones internas de gases de efecto invernadero. (comparadas con 1990).
- Un objetivo de energías renovables de un 45%.
- Un objetivo de eficiencia energética del 40% (comparado con 2005).
Si mañana al cierre de la reunión, nuestros líderes deciden seguir favoreciendo el antiguo modelo basado en energías sucias y no dar un paso claro a un cambio de modelo centrado en energías renovables, la eficiencia y el autoconsumo, entonces los ciudadanos tendremos que decir más alto y claro que nunca que nosotros sí estamos listos para un cambio. No queremos depender de los combustibles fósiles y las nucleares, no queremos arriesgar nuestras costas por el negocio de multinacionales como Repsol. Queremos un verdadero cambio de modelo energético que no ponga en riesgo el futuro del planeta.
Desconocemos si los políticos serán lo suficientemente valientes para apostar por un cambio real. Lo que tenemos claro es que los ciudadanos sí lo son y que nosotros seguiremos luchando para recordar a nuestros políticos que queremos un futuro con renovables y sostenible.
¿Qué puedes hacer tú?
- Firma contra la fiebre de las prospecciones y por otro modelo energético sostenible basado en renovables.
- Descubre la propuesta de Greenpeace sobre el modelo energético.