Una vez más, en el Sur se repiten los errores del Norte. Una vez más, el dinero lo justifica todo – en el Sur como, todavía, en el Norte-. Una vez más, se impone el beneficio de unos pocos a los derechos de muchos... y al medio ambiente.
Las consecuencias de la exportación del modelo de turismo residencial “made in Spain” a un país con costas vírgenes, poblaciones hasta ahora aisladas y escasas garantías de protección del medio ambiente son aterradoras. El dinero fácil lleva a repetir atropellos ambientales que pueden acabar causando la erosión de la playa, la contaminación de las aguas y la aniquilación de las pesquerías tradicionales. Además, el proyecto en sí trae fecha de caducidad debido a la subida del nivel del mar que comportará el cambio climático.
El Comité para el Seguimiento del Proyecto “Souani” de Alhucemas, en el Rif, el Norte de Marruecos, ha hecho un llamamiento para poner fin a las obras que la Sociedad General Inmobiliaria, dependiente de la Caja de Ahorros y Gestión, está llevando a cabo en un bosque costero en la Bahía de Alhucemas, y que amenazan con destruir los restos arqueológicos de la antigua ciudad fenicio-romana de Almazimas... para construir una urbanización de chalets con piscinas cuya primera línea estará... a 15 metros de la playa.
Otros cinco proyectos aguardan ya para ocupar la zona costera entre Tanger y Nador. Podrán llegar más. El proyecto Souani es la punta de lanza de una estrategia para “desarrollar” las playas del Rif, a costa de su medio ambiente y de sus habitantes. Nada que ver con el prometido impulso de una industria turística dinamizadora de la economía y que se podría implantar de forma ambientalmente razonable – dejando un margen de unos centenares de metros sin construir para que la costa pueda seguir ejerciendo sus funciones de protección naturales. Por desgracia, el modelo en el que se basan quienes ostentan el poder en Marruecos para valorizar sus hermosos ecosistemas es España, no Costa Rica.
Los amigos de Alhucemas luchan por conservar su costa. Al Sur del Mediterráneo. Una lucha que también debe ser nuestra, porque no podemos permitirnos que el Mediterráneo pierda su integridad también en su riba sur. Y, menos, para el disfrute exclusivo de unos pocos. Ayúdales! Infórmate más y participa en la encuesta que encontrarás aquí.
Anna Rosa Martinez, delegada de Greenpeace en Cataluña.