… pero ¿qué pasaría si un día los peces pequeños se organizan y hacen justo este reparto? Pues lo que pasaría es que dejaríamos de ver esta imagen.
La gestión de las pesquerías en Europa funciona tal y como podéis observar. Es simple y a la par triste. Países como España se han dedicado a llenar sus platos de subvenciones pesqueras, más de 1000 millones de euros de nuestros impuestos, y de cuotas, con el fin de incrementar una flota, ya de por si grande. España es la mayor flota pesquera de Europa, el doble que la de Reino Unido, Italia y Francia. Con estas subvenciones hemos; construido barcos más potentes, pescar más peces, ganar más dinero, sobreexplotar más los caladeros, llegar más lejos, más, más y más.
Hay que decir que no estamos solos, Polonia apoya y aplaude nuestras decisiones con el fin de seguir el ejemplo español. No son los únicos culpables. El resto de los ministros de la Unión Europea, como Alemania y Francia, han mirado hacia otro lado, viendo pasar una orgía de dinero, peces y destrucción ante sus caras y no inmutarse. ¿Hay alguien ahí dentro capaz de parar esta locura?
No hay peces en el mar para tanto barco, así de simple. No hace falta ser un gran gestor ni un gran ministro. Sin embargo, ¿qué solución hemos tomado? Bloquear todas las negociaciones europeas que pudieran convertir la pesca en algo sostenible, favorecer a la gran flota industrial, que en España solo representa el 20% de la flota, mover nuestros grande barcos al Pacífico, el índico y al Ártico, con un único fin, más pescado, más dinero, más.... ¿a que precio?
¿Ves al niño? ¿Si? ¿Has sido capaz de fijarte en el?, gracias, muchas gracias, porque nadie parece haberle visto. Él es el futuro. Tú futuro. Nuestro futuro. Sólo en 30 años de gestión pesquera Europea el 82% de los recursos pesqueros del Mediterráneo y el 63% del Atlántico están sobreexplotados. Con mares agotados y flotas sobredimensionadas, no quedará nada, ¡ah! sí, perdón, quedará un plato vacío. ¿Realmente este es el futuro que quieres?
Sin embargo esta hecatombe puede tener un final de cuento, un final feliz en el que los peces pequeños se organicen y se coman a los grandes. ¿Cuál es la solución?: La pesca sostenible. Esta pesquería representa el 80% de la pesca en España, el 70% en Europa y el 95% en Grecia. Respeta la mar, las especies y sabe que su futuro y el de los océanos van de la mano. Genera un entramado socioeconómio en las zonas costeras, de hecho de cada empleo a bordo, hay cuatro empleos en tierra.
Pero la decisión esta en el plato de los ministros. Deben apoyar la pesca sostenible, reducir la capacidad de la flota pesquera, establecer cuotas de acuerdo a las recomendaciones científicas, permitir que los peces se reproduzcan y usar las subvenciones pesqueras en medidas que beneficien el interés público.
¿Por qué? Porque por mucho dinero que haya en un plato, este no se come.
Por favor, ¡Ciberactúa! pídele al Ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente que proteja los océanos y la pesca sostenible.
¡Muchas gracias!
Celia Ojeda (@Celia_Ojeda), campaña de Océanos de Greenpeace