“Los campamentos de Greenpeace siempre fijos en mi calendario”

Nada más entrar por la puerta de la Universidad, me dan un periódico. Veo la portada me empieza a hervir la sangre. Que si la crisis, que si más recortes, que si este no paga, que si el otro tampoco… Llego al aparcamiento de bicis de la Facultad, cando la bici y me dirijo a clase. Empieza el día... ¡uf! Es mayo: exámenes, poco tiempo para el ocio. Miro la agenda, empiezo a pasar hojas, a anotar entregas, exámenes, y cuando me quiero dar cuenta, veo unas letras escritas con fosforito que ponen “CAMPAMENTO GREENPEACE”.

Me cambia la cara: “¡si ya no queda nada!”, pienso. Esas son, probablemente, las únicas palabras que llevan apareciendo en mi agenda, inamovibles, desde primaria, y las que, desde entonces, nunca me han dejado de iluminar la mirada cuando veo que se acercan. Algún día debería buscar todas esas agendas y ponerlas juntas; ver cómo he ido creciendo, poco a poco, año a año,campamento a campamento.

¿Qué tienen los campamentos de Greenpeace, que pase lo que pase siguen ahí, fijos en el calendario? Eso es, precisamente, lo que me han pedido que explique. Yo sólo he podido prometer que lo intentaría.

Probablemente, la más importante, con diferencia, de todas las razones que pueda dar, es que me gustaría que algún día las noticias que nos dan los buenos días no se nos atraganten con el café. Los campamentos de Greenpeace son, sin duda alguna, la mejor herramienta a mi alcance para lograrlo.

Diez días de aprendizaje intenso y de recarga de energías (renovables, por supuesto); de volver a creer que un cambio es posible; de darme cuenta de que ¡por supuesto que podemos!; que lo más importante es creérnoslo. Y si además estás rodeado de un paisaje inigualable, de un equipo educativo que se deja la piel y el alma en que todo salga mejor que bien, y de un montón de pequeñitas (o no tan pequeñitas…) bolas de energía que son esos chavales que, año tras año, se deciden a embarcarse con nosotros, entonces ya tengo la combinación perfecta para disfrutar de los que son, probablemente, los diez días mejor aprovechados del año.

En As Corcerizas (Ourense) ya nos espera el equipo de monitores, que está ultimando detalles. Solo nos faltáis tú y toda tu energía para que podamos pasar a la acción.
¿Te apuntas?

Carmen Rodríguez, monitoria voluntaria en los campamentos de Greenpeace