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Sanlúcar La Mayor, Sevilla. Photo: Markel Redondo/Greenpeace |
Estos días estamos viendo diversas noticias que confirman que la necesaria Revolución Energética, basada en las energías renovables, está cada día más cerca.
Esa Revolución la necesitamos para prevenir un cambio climático peligroso, entre cuyas consecuencias los científicos nos advierten que podemos esperar fenómenos meteorológicos extremos cada vez más frecuentes y dañinos. Precisamente hemos vivido estos días un aviso más de lo que eso significa: los temporales de viento que han barrido el norte de nuestro país, causando varias víctimas mortales, además de dejar sin electricidad a miles de personas.
Paradójicamente, como España dispone de más de 16.000 MW de potencia eólica instalada, los molinos de nuestros parques eólicos pudieron aprovechar ese fuerte viento para batir un nuevo récord de generación eólica, con 11.159 MW generando electricidad simultáneamente. También se batió el récord de electricidad producida con el viento en un día: el 27,75% de toda la electricidad generada fue gracias al viento. Y otro dato importante: tuvimos la energía del viento cuando más se necesitaba, ya que en el momento de máxima generación simultánea, a las 19:50 (es decir, cuando la demanda eléctrica es máxima) del jueves 22 de enero, la eólica cubrió el 26% de la demanda eléctrica peninsular. La madrugada siguiente, durante varias horas, la eólica aportó más del 40% de toda la generación eléctrica.
Estos datos superan los anteriores registros históricos: los 10.880 MW que cubrieron el 30% de la demanda peninsular el 18 de abril del año pasado, el mismo día que ostentaba el récord de generación eólica diaria. El récord de cobertura instantánea sigue siendo del 43%, alcanzado el pasado 24 de noviembre. Y lo mejor es que es muy probable que estas cifras se sigan superando, ya que el parque eólico sigue aumentando. Hoy por hoy, es nuestra herramienta más eficaz para reducir emisiones de CO2.
Otra buena noticia ha sido la constitución en Bonn de la Agencia Internacional de la Energía Renovable (IRENA), en la que participan de momento 75 países, entre ellos España, a los que no debería tardar en sumarse Estados Unidos, dado el positivo giro que está tomando la nueva Administración de Obama en política energética. Nos alegramos porque era una vieja reivindicación de Greenpeace, de esas que al principio causaban sonrisas de escepticismo. Esperamos que este nuevo órgano sirva para influir en el debate internacional sobre las verdaderas soluciones al cambio climático, que haga de contrapeso a las poderosas agencias internacionales que defienden las energías sucias (como la Agencia Internacional de la Energía o el Organismo Internacional de la Energía Atómica) y que disponga de tantos recursos como ellas, que impulse el apoyo a las renovables en todos los países, que recomiende objetivos de renovables a los gobiernos, que les asesore sobre los sistemas de apoyo más eficientes, que promueva los beneficios y necesidad de las renovables y que las defienda cada vez que son atacadas por los partidarios de las energías sucias. Esperamos también oír su voz en las negociaciones sobre el cambio climático que culminarán en Copenhague en diciembre. Y si no lo hace, ahí estará Greenpeace para recordárselo y exigírselo.
Las energías renovables han dejado de ser una utopía para ser una prometedora realidad.
José Luis García Ortega, responsable de la campaña de Cambio climático y Energía