Ya en 1963 Rachel Carson observaba en su Primavera silenciosa que “sólo en lo que va de siglo una especie – el ser humano – ha obtenido el poder suficiente para alterar la naturaleza de este mundo”. Se refería a cómo la industria química estaba cambiando nuestro medio ambiente en una escala sin precedentes. Pero no puedo evitar preguntarme que diría si, siendo como era bióloga marina, viera lo que hemos estado haciendo a nuestros océanos.
El 62% de nuestro Planeta está cubierto por más de un km de agua y hasta 10 millones de especies podrían habitar esta zona.
Pero incluso estos ecosistemas marinos profundos remotos e inexplorados están amenazados, entre otros, por la pesca. Al avanzar la tecnología, la industria comenzó a llegar a zonas más profundas: sin investigación previa; sin estimaciones de cuánto pescado se podría capturar de forma sostenible; sin preocuparse del daño a los hábitats. Arrastrando pesadas cadenas y artes, si la red volvía llena de especies comercializables, valía la pena.
Minería en la última frontera
Hoy en día la industria pesquera es la mayor amenaza a estos frágiles ambientes. La pesca de profundidad ha sido descrita a menudo como minería profunda: muchas especies son de vida larga, se reproducen despacio, tienen una descendencia reducida y no pueden resistir una explotación industrial. La mayoría de la captura se compone de especies sin valor comercial, a veces vulnerables y amenazadas. Como en la minería, una vez una zona ha sido vaciada, los barcos a menudo se desplazan a otras en busca de reservas por explotar.
Los impactos sobre los hábitats profundos también pueden ser severos. Corales de aguas profundas, respiraderos hidrotérmicos o esponjas, que son muy frágiles y a veces necesitan cientos de años para crecer pueden ser arrasados en cuestión de segundos.
En 2006, 1.452 científicos de 69 países firmaron una declaración expresando su profunda preocupación porque las actividades humanas, en particular la pesca de arrastre, están causando un daño sin precedentes a las profundidades marinas. Según un grupo de científicos reunidos este año en Lisboa para discutir la protección de estos ecosistemas, tan sólo el 0,0001 por ciento de los fondos marinos profundos ha sido biológicamente explorado. Un estudio reciente concluye que las profundidades marinas están amenazadas, y que su situación posiblemente empeorará.
Un momento: ¡este pescado nos pertenece a todos!
Según nos alejamos de la costa hacia zonas más profundas, sucede que nos adentramos en lo que conocemos como alta mar: más allá de las 200 millas, los recursos no pertenecen a un sólo país, sino a la humanidad en su conjunto. En definitiva, un grupo reducido de países que pescan especies profundas en alta mar (1) ha estado destruyendo lo que nos pertenece a todos por derecho. Por eso las Naciones Unidas se involucraron en su protección.
En la última década, Greenpeace y otras organizaciones agrupadas en la Coalición para la Conservación de las Profundidades Marinas, han mostrado ampliamente la destrucción de las profundidades. Nuestros barcos han sido testigos de ello y hemos llevado las pruebas a la Asamblea General de Naciones Unidas.
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Así conseguimos que en 2006 la comunidad internacional estuviera a punto de acordar la medida más razonable: una moratoria sobre la pesca de arrastre en alta mar hasta que se dieran las condiciones para asegurar que la explotación las profundidades fuese sostenible. Pero el consenso fue roto por unas pocas potencias pesqueras, entre ellas España, que a cambio ofrecieron acordar una serie de medidas que deberían garantizar pesquerías profundas sostenibles a partir de 2009. Seguramente no te sorprenderá saber que cinco años más tarde no han cumplido.
2011 es una año crucial porque la Asamblea General de la ONU revisa entre septiembre y noviembre las medidas que los países han tomado para proteger las profundidades marinas. Los detalles de esta incapacidad para protegerlos puedes encontrarlos aquí o resumidos en este documento de Greenpeace.
Puede que no sea mono, pero ¡merezco ser salvado!
Ha pasado una década de debates y negociaciones mientras estos ecosistemas continuaban siendo arrasados ¿Cuántos de ellos han sido destruidos desde 2006? Algunos de los habitantes de las profundidades no son precisamente una belleza, pero como dice la Coalición para la Conservación de las Profundidades Marinas: Quizás no soy mono, ¡pero merezco ser salvado!
Por favor, emplea unos minutos en vestir a tu pez de las profundidades y mandar una señal de socorro al Secretario General de la ONU con un mensaje simple y claro: Las profundidades marinas deben ser protegidas inmediatamente. Los países que pescan en alta mar deben cumplir las resoluciones de la Asamblea General o parar de pescar inmediatamente.
(1) Los países que practican pesca de fondo en alta mar incluyen, entre otros, Australia, China, Corea del Sur, España, la Federación Rusa, Francia, Islandia, Japón, Nueva Zelanda y Portugal.
Sebastián Losada (@slosada), Oceans policy adviser at Greenpeace International