A pesar del tiempo transcurrido desde que José Manuel Soria, ministro de Industria, Energía y Turismo, anunció a bombo y platillo su reforma energética, la Ley ha seguido su trámite parlamentario y ha empeorado a cada paso. El propio Soria vendió esta reforma como necesaria para eliminar el déficit de tarifa y para evitar que el precio de la luz tenga que subir un 42%. A día de hoy, estas dos afirmaciones no se cumplen ni parece que se vayan a cumplir en 2014.
El pasado 29 de noviembre, el Ministro de Hacienda y Administraciones Públicas Cristóbal Montoro, vuelve a enmendar a su homólogo de Industria. Esta vez para retirar la asignación de Presupuestos Generales del Estado destinados a financiar el déficit de 2013. Al instante las cincos grandes compañías eléctricas mostraron su más rotundo rechazo a la medida, que les hacía tener que soportar en sus balances una deuda de 3.600 millones de euros.
Al cabo de pocos días y tras varias reuniones con Hacienda, las compañías quedaban tranquilas, se atendía sus “sugerencias”. Serán los consumidores los que soporten esa cifra millonaria en las facturas futuras de la luz, otra vez. Y para que esto tenga rango de Ley, el Partido Popular metía, el pasado martes 3 en el Senado, una enmienda para calmar a las eléctricas. Tema cerrado para ellas, claro está.
La reforma del sector eléctrico como ya denunció Greenpeace, y como por desgracia ha quedado de manifiesto de nuevo estos días, ha sido dictada por el oligopolio eléctrico de nuestro país. Y lo que es peor, nuestro Gobierno se ha postrado de rodillas a sus pretensiones, y parece que seguirá haciéndolo.
Sin embargo, la codicia de estas empresas no tiene límites. Al mismo tiempo que esto sucedía, un nuevo borrador de Real Decreto sobre renovables, al que Greenpeace ha enviado comentarios, pretende cambiar las reglas de juego en cuanto a la prioridad de acceso de éstas a la red. Ello, en contra de lo que marcan las directivas europeas (CE/2009/28 y CE/2012/27). Pero muy apropiado por la necesidad que tienen las empresas eléctricas de vender la energía producida por sus centrales térmicas de gas.
Parece que vivimos en una dictadura energética que nos tiene atrapados. Por eso, ahora más que nunca tenemos y podemos mostrar nuestro rechazo a una reforma energética impuesta. Además, con ello podemos ahorrarnos unos euros todos los meses en nuestra factura electrica, es el momento de sumarnos a la iniciativa www.bajatelapotencia.org.
Julio Barea (@juliobarea) responsable de Energía y Cambio Climático de Greenpeace
Fotografía: Nadia Gonzalez, molinos de viento en Galicia.