La pesca de arrastre, un problema de fondo

“Merluza de arrastre en oferta, a 6,90 euros el kilo”. Podría considerarse un buen precio para un pescado que puedes preparar de mil maneras. ¿Pero sabes lo que se esconde detrás de esta pesquería? ¿Sabes que tenemos la oportunidad, de comer merluzas sostenibles?

Gran parte de la merluza que consumimos, así como la palometa, la maruca, el rape o el fletán, llegan a los mostradores de las pescaderías tras un largo viaje que comienza cuando estas especies son alcanzadas por las redes de arrastre de profundidad. Estas redes, que alcanzan el tamaño de un campo de fútbol, son arrastradas por el fondo marino a profundidades que van desde los 200 hasta los 1.500 metros.

A su paso por el lecho marino, engullen ejemplares de las especies objetivo, como la merluza o el fletán, pero no son las únicas. Entre el 30 y el 60% de lo que cae en la red, son especies de pescado que no se pueden comercializar, y tampoco se libran tortugas o delfines que, tras ser atrapadas, son subidas a bordo del buque pesquero y arrojadas de nuevo al mar, ya muertas o moribundas. La mayoría de estas especies de profundidad tienen características que las hacen más vulnerables al agotamiento y la sobrepesca.

El precio por kilo de la merluza no incluye el valor de estos descartes, ni el de la diversidad de los ecosistemas arrasados. Tampoco se descuenta el dinero que ya hemos pagado a través de subsidios que les llegan a estos buques desde Europa. Además, en la mayoría de los casos las cuotas para esta pesquería se han establecido por encima de las recomendaciones científicas dañando aún más las poblaciones.

Pero hoy puede ser un día importante. Porque hoy, los miembros del Parlamento Europeo tienen la oportunidad de votar SÍ a la eliminación progresiva de la pesca de arrastre de profundidad en el Atlántico Noreste. Dos años que darán tiempo suficiente a reconvertir y reubicar a esos pescadores en otros métodos más selectivos y menos dañinos con el medio marino.

Y tú tienes la oportunidad de pedirle a los miembros del Parlamento Europeo que pongan fin a esta destrucción y apuesten por una pesca sostenible, porque el precio de la pesca de arrastre, no vale la pena.