El plástico está de moda, para lo bueno y para lo malo. Abundan más las noticias malas, como la que compartimos hace solo unos días de la cantidad de plástico que hay en el planeta.
Aunque este interés también es síntoma de que algo está cambiando. Cada vez está más en el aire que la producción y los residuos que genera el plástico está fuera de control, y que hay que hacer algo, desde el ámbito individual, político y empresarial. Y quizás fruto de ello son las buenas noticias que podemos compartir hoy.
Reino Unido contra los microplásticos
Empezamos viajando Reino Unido, cuyo gobierno ha prohibido los microplásticos en los cosméticos, con la legislación más ambiciosa que se ha aprobado por ahora en ningún país.
La prohibición incluye a todos los productos cosméticos y de cuidado personal de “aclarado”, es decir: exfoliantes, geles, pasta de dientes, cremas limpiadoras…, cualquier producto que nos pongamos en el cuerpo y lo aclaremos inmediatamente como parte de su rutina de uso. Y como gran avance incluye también a los microplásticos “biodegradables” ya que esta degradación solo se da en determinadas condiciones ambientales de luz, temperatura y oxígeno que no suelen darse en el medio marino.
¿Qué son los microplásticos?
El plástico ha invadido tanto nuestras vidas que incluso está en muchos productos de cuidado personal en forma de diminutas bolitas, llamadas microesferas, que se emplean para dar función exfoliante, textura o simplemente colores divertidos. Y se esconden bajo ingredientes como polietileno (PE), polipropileno (PP), poliestireno (PET) y /o nylon.
Estas microesferas son tan pequeñas que no pasan por el filtro de las depuradoras y van directamente a los cursos de agua y a los océanos donde pasan a incorporarse a la cadena alimentaria. Son muchas ya las especies que se están estudiando que contienen plástico en su interior y los efectos que tiene para los individuos que los ingieren están todavía por determinar.
Y si hay un problema derivado del plástico que tiene solución es este, ya que existen muchas alternativas naturales como arcillas, cáscaras o semillas etc que dan la misma función. ¡No tiene nada de complicado!
¿Y qué hacemos con los plásticos de usar y tirar?
El mundo de plástico es mucho más extenso, con los envases de usar y tirar como uno de los grandes gigantes a batir. Estas botellas, bolsas, paquetes, vasos… son gestionados de forma inadecuada o directamente abandonados en el medio ambiente. Y de ahí pasan a contaminar durante décadas o cientos de años y rompiéndose a la vez en trozos más pequeños, que al igual que acabamos de contar con las microesferas, pasan a ser ingeridos.
La lucha contra los envases de un solo uso parece maś compleja pero también hay soluciones sencillas y que nos permiten avanzar. Y ahí podemos seguir con las buenas noticias, esta vez desde más cerca, Cataluña.
Ayer mismo la Generalitat catalana presentaba un informe oficial sobre la viabilidad de poder tener un sistema de devolución y retorno de envases (como hacíamos hace no mucho cuando devolvíamos los “cascos” en las tiendas). Entre sus principales conclusiones están que el hábito de ‘devolver el casco’ supondría que el abandono de latas, botellas y bricks se reduciría en casi un 90%, el reciclaje de los envases de bebidas llegaría hasta el 95% y que los municipios catalanes ganarían 16,90 millones de euros al año con esta medida. Además, el sistema se podría extender a otro tipo de envases. Con este informe vienen a confirmar lo que desde distintas ONG venimos diciendo desde hace tiempo: que el sistema de retorno es viable y es una solución al abandono de envases.
Estos datos son totalmente extrapolables al resto del Estado. Por tanto, ¿a qué esperamos para ponerlo en marcha?
Estas y otras soluciones serían más sencillas de implementar si hubiese una legislación Europea más ambiciosa que realmente apostase por la reducción de la producción del plástico. ¡Pues resulta que justo ahora se está debatiendo! Es el momento de sumarse a la ola y no quedarse atrás. ¿Lo hará señora Ministra?