Nuestra oficina en Estambul, en el corazón de Taksim, ha estado bajo asedio debido a una represión brutal por parte de la policía, que trató de poner fin a la protesta pacífica por el anuncio de destrucción del histórico Parque Gezi, ubicado en la Plaza de Taksim. La protesta involucró a decenas de miles de personas y dibujó el apoyo de personas de todo el mundo.

Ahora hay un poco de calma en la tormenta alrededor de Taksim, porque la policía se ha retirado del Parque Gezi y se han disipado los gases lacrimógenos lanzados en las horas anteriores. Sin embargo, el primer ministro Recep Tayyip Erdogan sigue siendo optimista sobre los planes para demoler el parque y construir un centro comercial. Sigue siendo severo en su rechazo de las protestas pacíficas y dice que la policía pudo haber reaccionado peor. Esto está lejos de haber terminado.

En las últimas 24 horas la policía ha lanzado gases lacrimógenos en la entrada de nuestra oficina y sobre el techo. No somos una amenaza, somos no violentos. Estamos ofreciendo asistencia médica a los manifestantes pacíficos que fueron heridos por la policía fuertemente armada.



La gente está viajando de toda Turquía hacia Taksim, las personas se están reuniendo en otras partes del país y del mundo para mostrar su solidaridad al decir: "Estoy en Gezi"; "Estamos viendo y estamos horrorizados por la brutalidad".

Ya no se trata de un puñado de árboles en un parque pequeño o los planes para construir un centro comercial. No nos engañemos, la necesidad humana de espacios naturales frente al avance inexorable de los centros comerciales sigue siendo un factor importante.

La brutal represión del gobierno incluyó policías fuertemente armados que lanzaron una nube de gas lacrimógeno, una lluvia de balas de goma, hiriendo y hospitalizando a decenas de manifestantes pacíficos; lo que nos ha recordado a la gente de Tahrir y del “Occupy Wall Street”.

Se trata de una lucha por el derecho a la protesta pacífica, una lucha para decir que la gente y la naturaleza están por delate de los intereses comerciales de las élites poderosas y su avaricia insaciable de lucro.



La libertad de expresión y el derecho a la reunión pacífica son principios sagrados, sin ellos la democracia no puede prevalecer. Estos principios deben ser respetados por las autoridades turcas. ¡La violencia contra los manifestantes debe parar!

Actualizaciones periódicas de mis colegas en nuestra oficina de Greenpeace en Estambul son un gran orgullo y a la vez una gran preocupación. Nuestro personal, simpatizantes y voluntarios se han declarado en solidaridad con aquellos que exigen la protección del parque y el fin a la brutalidad policial y toda forma de violencia.

 

Nuestra oficina se encuentra en la calle Istiklal -la avenida principal que lleva hacia la Plaza Taksim-, a sólo un kilómetro. Las protestas se han extendido a lo largo de la calle y los policías han confrontado directamente a los manifestantes frente a la oficina usando gases lacrimógenos y cañones de agua. A veces, el acceso a la oficina ha sido imposible y el aire es ácido.

Nuestra oficina ha permanecido abierta durante toda la noche y continuará abierta siempre y cuando se necesite. Estamos apoyando a los manifestantes que están heridos y agotados. Estamos ofreciendo un respiro en medio de la tormenta, dando primeros auxilios a los heridos. Varios médicos se han unido a nosotros para proporcionar apoyo a aquellos que lo necesiten. La atmósfera es tensa pero nuestros activistas están firmes en su determinación.

Cuando el último árbol haya sido cortado, el último pez atrapado, el último río envenenado, sólo entonces nos daremos cuenta de que uno no puede comer dinero.

Estoy alarmado por la incapacidad de los medios de comunicación en Turquía, para poder dar una cobertura total a los que está pasando - por años han estado sometidos a la opresión del gobierno y la censura. Pero a través de las redes sociales, de ciudadano a ciudadano, de igual a igual, la noticia fue vista y escuchada. Las autoridades están siendo observadas y condenadas por estos actos.

Fotos, videos y tweets han estado inundando la red. Cientos de oficinas y lugares de negocios en Estambul han estado abriendo sus redes wifi al acceso público - burlándose de la idea de que las noticias se puede controlar -. Nuestros equipos en Turquía están actualizando regularmente nuestras cuentas de Facebook y Twitter.

Esperamos que todo nuestro personal, voluntarios y simpatizantes esté a salvo, ¡pero también apoyamos el riesgo que están tomando! En estos tiempos difíciles, abrazamos nuestros valores de paz y no violencia, de ser testigos y pasar a la acción.

Al Primer ministro Erdogan le digo: Alto a la violencia y fin a la brutalidad, así como apertura a los medios de comunicación para permitir un amplio debate de los temas. El mundo está observando. Hemos escuchado que el Primer ministro ha hecho un llamado a la paz en otro lugar, en el Medio Oriente. Ahora debe llevar esa conversación hacia casa. Hacemos un llamamiento para no repetir la brutalidad de los gases lacrimógenos de los últimos días y le pedimos que guarde las balas de goma y los garrotes. La violencia no sirve a ningún interés.

Nuestros pensamientos, nuestro corazón y nuestra solidaridad están con la gente de Estambul y el pueblo de Turquía. Por favor, que todo el mundo preste atención, busque noticias de lo que está sucediendo y sumen su voz  para que cese la violencia, para que el parque prevalezca y por resguardar el derecho a la protesta pacífica.ç

Kumi Naidoo, director de Greenpeace Intenacional