La pesca de arrastre de profundidad es un tipo de pesquería que, para capturar especies como la merluza, el fletan o la gallineta, dañan y sobreexplotan los caladeros. Pero, da igual, al fin y al cabo, ahí abajo solo hay corales de aguas frías, especies que desconocemos, tiburones de profundidad, que son esquilmados, destrozados o capturados a su paso. Bueno... total por unos corales, ¡qué más da! Sin embargo como no todo lo que capturan estos artes se come, mucho de lo pescado se tira por la borda muerto o moribundo, entre el 20 y el 60% de lo capturado. ¿También nos tiene que dar igual?
Las especies de profundidad son de crecimiento lento y tardan varios años (incluso casi 20) hasta que pueden comenzar a reproducirse, lo que las hace vulnerables a la sobrepesca. Algunos stocks como el del pez reloj ya han colapsado y las investigaciones indican que otros stocks seguirán su ejemplo si continuamos pescando así.
Ante semejante aberración, los científicos, sí, esas personas que estudian un montón y que hacen pruebas y mil pruebas para al final decir algo basado en la ciencia, ya en 2006, firmaron una declaración para demostrar su gran preocupación por “los daños sin precedentes que las actividades humanas, especialmente la pesca de arrastre de profundidad, están causando a los océanos”, no fueron uno ni dos, sino 1.452 científicos marinos de 69 países de todo el mundo.
Pero ya sabemos todos, que los científicos, por mil tesis que tengan, y aunque publiquen en revistas como “Nature” o “Science”, son unos viles embusteros, que solo les gusta alarmar, ¡ah!... justo igualito que los ecologistas. Si ya lo decían las flotas que hacen pesca de arrastre de profundidad, sois unos alarmistas, si el pescado salta a los barcos de lo que hay. Es cierto, el otro día leí que un barco de arrastre llegó al mar del Norte y las gallinetas, los fletanes y las marucas, le esperaban en la superficie dispuestas a saltar al barco. De tantas que hay, no caben en el mar...
La Comisión Europea, que.. sí que también se inventa las cosas..., en julio de este año alarmada por las investigaciones científicas del estado de los stocks y del daño que produce esta pesquería decidió sacar una normativa que prohíbe la pesca de arrastre y establece un periodo de dos años para poder poner fin a esta pesquería.
Pero la situación es aún peor, resulta que un estudio científico evidencia que la flota de arrastre ha pescado más de lo que debía y ha sobrepasado sus cuotas en más de la mitad de lo permitido, de hecho han pescado 3,5 veces más de lo que podían llegando a ser en algunos casos 10 o 28 veces superior, no han respetado las cuotas para el 60% de las especies de profundidad, y esto ha sido así durante diez años.
Esto significa, que, los pescadores han estado descargando más de lo que debían, lo que viene siendo ilegal. Pero no se si lo peor es eso, o lo que también se demuestra con este estudio que es que la leyes europeas son muy poco efectivas y que han ayudado a que la pesca industrial conduzca a las pesquerías al colapso.
Es cada vez más evidente que hay que cambiar hacia una pesca más sostenible que respete a los pescadores, pero también a los océanos.
Celia Ojeda (@Celia_Ojeda) y Elvira Jiménez (@elvirajn), campaña de Océanos de Greenpeace