En Cabra, provincia de Córdoba, cerca del Parque Natural de las Sierras Subbéticas, hace más de tres años, un grupo de productores y de consumidores decidieron unirse para fomentar la producción y el consumo de productos ecológicos. Para ello crearon la Asociación Subbética Ecológica, donde productores ecológicos entran en contacto directo con los consumidores, generando redes de distribución más cortas y más justas para ambos, lo que supone una mejora de la economía local.
Además, esta asociación realiza numerosas actividades, charlas y jornadas para dar a conocer su historia y para fomentar un consumo sostenible. Ayer organizaron las I Jornadas de Alimentación y Salud, en las que tuve la oportunidad de participar junto a la Doctora Rebeca Ruiz, médico especialista en aparato digestivo, y la Doctora Pilar Muñoz, médico especialista en medicina ambiental y Presidenta de la Fundación Alborada. Durante estas jornadas se habló de los daños que generan en el organismo la gran cantidad de sustancias tóxicas a las que estamos expuesto a través de los cosméticos, la ropa, los plásticos y por su puesto de la alimentación.
Cada día son más las personas que sufren de Sensibilidad Química Múltiple, enfermedad causada por exposición a agentes químicos, aunque aún no está reconocida por la Organización Mundial de la Salud. La Doctora Muñoz contó como muchos pacientes mejoraban al cambiar de estilo de vida, incrementando el contacto con la naturaleza, usando productos naturales y por supuesto comiendo productos ecológicos.
También en estas Jornadas se hablo de la agricultura con transgénicos como la antítesis al modelo de agricultura social y ecológica que tantos beneficios está produciendo en la zona. Los transgénicos incrementan el uso de agroquímicos, generan dependencia de los agricultores a grandes multinacionales, contaminan genéticamente cultivos tradicionales y un sin fin de impactos socioeconómicos, ambientales y sanitarios. Todo esto pone de manifiesto que los transgénicos no son la solución a los problemas que padecemos actualmente ni a los que nos enfrentaremos en un futuro cercano. Hemos de apostar definitivamente por la única solución viable, la agricultura ecológica.
Afortunadamente, cada día son mas las cooperativas, colectivos, asociaciones … en las que, evitando intermediarios, se ofrecen productos ecológicos y sanos a buen precio, a la vez que se mejoran las condiciones a los agricultores. Por todo ello, la agricultura ecológica supone una “puerta a la esperanza”, frase con la que concluyeron las jornadas. Una puerta a la esperanza de miles de personas que están afectadas por el uso de herbicidas, pesticidas y abonos químicos en el campo. Una puerta a la esperanza de agricultores, generando un tejido productivo en zonas rurales, bajo unas condiciones dignas. Y una puerta a la esperanza de nuestro planeta que necesita un cambio en la forma en que producimos nuestros alimentos.
Juande D. Fernández. Delegado de Greenpeace en Andalucía. @juande_fdez