El pasado viernes el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAAMA) empezó sus andaduras sin cualquier tipo de tapujos, organizando una jornada sobre los cultivos transgénicos de la mano con los principales grupos de presión del sector: la Fundación Antama (véase Las Malas Compañías IV: El fraude de la evaluación científica de los transgénicos en España. Amigos de la Tierra) y la Embajada de EE.UU (véase también los cables de Wikileaks para saber de lo que hablamos).
No hubo nada de novedoso y los ponentes esgrimieron el mismo caduco discurso de siempre, solo con algunas menciones que nos dejaron los pelos de punta. Ya el nombre de la jornada nos dejó boquiabertos: “Biotecnología y su Contribución a una Agricultura Sostenible”. ¿Cómo se puede llamar sostenible a una agricultura que fomenta el uso de los agrotóxicos, que impone el monocultivo intensivo, que es altamente demandante de agua, que destroza la biodiversidad y la diversidad alimentaria, que desplaza a campesinos, que arrasa con los últimos bosques vírgenes del mundo, que es totalmente dependiente de los combustibles fósiles, que beneficia solo a unos pocos...?
En la presentación de la Jornada el Secretario General Técnico, Adolfo Díaz-Ambrona, mencionó que era una “obligación del MAAMA dar espacio para estos debates”, pero, en un Estado democrático, esperamos algo más, esperamos al menos que sean plurales y que exista realmente debate entre los ponentes, no que todos digan ¡amén a los transgénicos!
Tampoco encontró el mejor ejemplo para demostrar que los transgénicos son la panacea de todos los males del Planeta y nos quiso mostrar las bonanzas de estos cultivos en ¡Argentina! Pero... se olvidó decirnos que Argentina se ha convertido en un “desierto verde” por culpa del monocultivo casi exclusivo de la soja transgénica de Monsanto, y que en vez de solucionar el hambre como lo defienden en su argumentario la ha agravado, desplazando a campesinos y sobretodo porque su producción no se destina al consumo interno, sino a llenar los estómagos de cerdos y pollos que alimentan a su vez a los países enriquecidos con una comida de mala calidad. Sr. Díaz-Ambrona, me gustaría que leyera este pequeño informe: Soja transgénica: agricultura sin agricultores, son solo 4 páginas.
Es también de mencionar la afirmación de Peter J. Davies, el ponente magistral y “ecologista”, que en su presentación nos dijo no estar vinculado a ninguna multinacional: “Los cultivos transgénicos permiten una menor ocupación de la tierra, dejando así más espacio para la Naturaleza”. Menos mal que ya están ellos para defender la Amazonia en Brasil o la Selva de Yungas en Argentina... Hoy, a lo mejor, me puedo quedar en casa.
Sin duda, teníamos que estar, para alzar nuestra voz y mostrarles que no van a hacer todo lo que quieren sin ninguna oposición. La oposición de la mayoría de la ciudadanía española, y europea, que dice #transgénicosNO, y que se olvidan reiteradamente de escuchar.
No lo ponen fácil pero seguiremos, un ejemplo es como dan por finalizadas las jornadas. Una reflexión de un asistente del Foro Agrario comenta que qué intereses tendrán los “verdes” para estar en contra de los cultivos transgénicos, cultivos tan necesarios. Nos gustaría haber contestado, pero como era una reflexión, no pudo ser y rápido nos agradecieron la asistencia a todas las personas dando por finalizado el evento.
Luis Ferreirim (@LFerreirim), responsable de la campaña de Transgénicos de Greenpeace
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