El pasado mes de junio el buque de Greenpeace Arctic Sunrise visitaba la ciudad de Huelva . Su intención, denunciar las consecuencias de dejar a escasos 500 metros de la ciudad más de 1.200 hectáreas de residuos tóxicos y radiactivos (fosfoyesos), vertidos por la empresa Fertiberia, propiedad del marqués de Villar Mir en las marismas del río Tinto.
Una sentencia judicial obligaba al cese de los vertidos en 2011 y el Ministerio de Medio Ambiente tiene ahora que decidir que plan aprueba para solucionar este enorme problema ambiental y sanitario que vive Huelva. Sobre la mesa la propuesta de la empresa responsable del desastre. Por supuesto, la más económica. Esta propuesta consiste en ocultar bajo unos centímetros de arena los residuos. Sin embargo, en 2007 tanto la Audiencia Nacional como el Tribunal Supremo instaron a Fertiberia, además de al cese de los vertidos, a la limpieza y recuperación de todo el paraje. Y esto es, ni más ni menos, lo que pide Greenpeace, la Mesa de la Ría, y la inmensa mayoría de la ciudadanía de Huelva.
En España esto ya se está haciendo, a menor, escala en el embalse de Flix en Tarragona , se están retirando residuos similares del río Ebro. Pero hay otros ejemplos en el mundo, incluso en marismas. Es el caso del mayor proyecto de restitución de tierras pantanosas de mareas de la costa oeste de los EEUU. Aproximadamente 6.000 hectáreas de salinas en el extremo sur de la Bahía de San Francisco. De todo este proceso, lo que destaca es la formación de comisiones científicas y técnicas en las que la ciudadanía tiene participación plena. Estas comisiones, que se reúnen trimestralmente, los ciudadanos se actualizan sobre el estado del proyecto, aportan ideas y respaldan el proceso de planificación de la restauración.
Sin embargo, parece que Huelva es diferente y lo más probable es que terminemos viendo como el ministerio autoriza tapar los fosfoyesos. Esto supondrá otro escandaloso caso de puertas giratorias, donde la máxima responsable de dar el visto bueno a los planes de la empresa, la actual ministra de Medio Ambiente, resulta que en su anterior etapa profesional fue un alto cargo en la dirección de Fertiberia.
Julio Barea (@juliobarea) y Pilar Marcos (@pilarmarcos) responsables de campañas de Greenpeace España