Si confías en Greenpeace te diría que no leyeras el informe “Los plaguicidas y nuestra salud: una preocupación creciente” que acabamos de presentar… porque seguramente, tal como yo, vas a terminar deprimido y yo prefiero ver a la gente feliz.
Creo que no quedan dudas de que el modelo de agricultura predominante, el de la agricultura industrial, nos está llevando a un callejón sin salida, tanto por sus impactos en el medio ambiente como en nuestra propia salud. ¿Sabías que solo en España se utilizaron más de 4 toneladas de plaguicidas a la hora en 2011?
Te podría describir ahora mismo cómo la exposición a los plaguicidas afecta a nuestra salud, incluso a la de las generaciones futuras después de que un plaguicida peligroso haya sido prohibido, y cómo ciertas familias de plaguicidas están vinculados con el cáncer, con el párkinson, el alzhéimer, con retrasos en el desarrollo cognitivo, con el déficit de atención o la hiperactividad, con abortos involuntarios, alteraciones en el sistema inmunológico y hormonal, etc. Y podría seguir, pero no lo voy a hacer. Esta es solo una de las herencias que nos está dejando la agricultura industrial.
Los grupos de mayor riesgo ante la exposición a plaguicidas son los agricultores y sus familias, esos que nos dan de comer cada día, pero también los fetos y los bebés. Sí, las futuras generaciones. Para todos aquellas personas que no estamos expuestas directamente a los plaguicidas (como agricultores y personas que trabajan en el campo, viven en sus inmediaciones o personas que están expuestas a través de las fumigaciones en las ciudades) es la alimentación la principal vía de exposición, pero no a uno plaguicida en concreto, sino a un cóctel químico que potencia la peligrosidad de estas sustancias.
La demanda de productos ecológicos es cada vez mayor y cuanto mayor sea más agricultores pasarán cada año a la agricultura ecológica. Con la agricultura ecológica todos salimos ganando, también el medio ambiente. Por ello, si confías en Greenpeace, te pido que hagas todo lo que esté a tu alcance para apoyar este modelo de agricultura, el único que es respetuoso con nuestra salud, la de los demás seres vivos y el planeta en general.
Si no confías en Greenpeace te animo a que leas con atención este informe, reflexiones profundamente sobre sus conclusiones y el mundo que quieres dejar para las generaciones futuras, y, si al final de la lectura ya confías un poco más en Greenpeace, no te pido que te hagas socio de inmediato, pero te pido que pruebes unas manzanas o unas patatas ecológicas y verás qué diferencia. Después ya nadie ni nada te podrá parar. Te unirás a los miles y miles de personas que defendemos la agricultura ecológica, porque tu salud y la del planeta nos importa.
¿Qué puedes hacer tú?
- Infórmate. Lee y difunde nuestro informe.