Hoy los los ministros europeos de Asuntos Exteriores y Comercio, que tienen como principal objetivo tomar una decisión sobre el Acuerdo Económico y Comercial Global entre la Unión Europea y Canadá, conocido por sus siglas CETA, se han reunido en Luxemburgo.
Por eso a primera hora de la mañana, catorce activistas han escalado el Centro de Conferencias de Europa en Luxemburgo y han desplegado una pancarta con el mensaje (en inglés) “No comerciéis con nuestra democracia. #StopCETA”.
Si los ministros firman hoy el acuerdo comercial entre la UE y Canadá lo hacen contra la opinión de una parte importante de la opinión pública europea. Las relaciones comerciales entre la UE y otros países deben establecerse en el marco de los principios democráticos básicos y deben estar alineados con otros compromisos en materia de lucha contra el cambio climático, la mejora de los derechos de los trabajadores o el carácter público de los servicios fundamentales. Pero el CETA antepone los intereses de las multinacionales por encima de las personas y el planeta.
El proceso de aprobación del CETA ha ido paralelo en los últimos meses a la oposición de una parte importante de los movimientos sociales, sindicales y de consumidores de la Unión Europea, así como de partidos políticos, asociaciones de jueces, o el rechazo de algunos parlamentos nacionales y regionales. Como en el caso del TTIP, el proceso de negociación de este tratado se ha realizado en secreto y fuertemente influenciado por los lobbies que representan a las grandes corporaciones.
Se espera que los ministros de la UE comuniquen su disposición de aprobar el CETA en su reunión de hoy en Luxemburgo. También decidirán qué partes del acuerdo serán aplicadas provisionalmente. Dada la oposición del Parlamento regional de Valonia, Bélgica no puede votar afirmativamente. Si el Consejo de ministros llega a un acuerdo y apoya el acuerdo, los representantes de los 28 estados miembros de la UE y Canadá firmarán el CETA en una cumbre en Bruselas el próximo 27 de octubre, pero no está claro si los 28 estados miembros de la UE estarán en disposición de hacerlo.
El Parlamento Europeo debatirá y votará su consentimiento a finales de 2016 o comienzos de 2017. Si el Parlamento Europeo da su consentimiento al CETA, grandes partes del acuerdo entrarán “provisionalmente” en vigor, antes incluso de que los parlamentos nacionales hayan dado su opinión. Sin duda, hoy es un día decisivo.