Ayer empezó el seminario de cambio climático que tendrá lugar en Madrid hasta el próximo domingo y al que asistiremos hoy las personas de Greenpeace que trabajamos en la campaña de cambio climático y energía.
Una veintena de embajadores se reunirán con la vicepresidenta del Gobierno, con el secretario de Asuntos Exteriores y con el ministro de Medio Ambiente para tratar las consecuencias del cambio climático y el camino a seguir para alcanzar un nuevo acuerdo climático el año que viene en París.
Desde el Ministerio de Medio Ambiente, anunciaban hace dos días un “giro” en la política de cambio climático con acciones y proyectos para reducir emisiones. Pero la realidad es que España podría hacer mucho más en la lucha por el clima.
En las negociaciones climáticas que están teniendo lugar en la UE, España no está luchando como debería por unos objetivos ambiciosos y obligatorios de reducción de emisiones, de eficiencia energética y de desarrollo de las energías renovables. Más bien está anclado en una negociación con una visión cortoplacista que sigue velando por los intereses basados en las energías más sucias: el gas, el petróleo y el carbón.
La lucha frente al cambio climático no puede ser un negocio. Son demasiados los costes tanto humanos como económicos que están en juego. La última actualización del informe del Consejo Asesor Militar de los EEUU, afirmaba que las consecuencias del calentamiento global por la escasez de agua y de alimento suponen una amenaza real de seguridad en todo el mundo.
Es sólo una cuestión de voluntad política. De poco nos sirven los pasos pequeños en esta lucha si se bloquean las verdaderas soluciones: abandonar las energías sucias y sustituirlas por energías renovables, que se han desarrollado muy rápidamente y ya están listas para competir con los viejos sistemas energéticos.
España es un diamante en bruto para las energías renovables pues tenemos viento, sol, mar y agua. Hubo un tiempo en el que invertimos en las energías limpias, no las abandonemos ahora y lideremos la verdadera lucha frente al cambio climático.