|
Jim Bohlen, primero por la izquierda |
Ayer, mientras trataba de digerir los centenares de correos electrónicos que vomita mi ordenador diariamente, fijé mi atención en uno de ellos, aún no sé muy bien por qué. La referencia era simple y concisa: Jim Bohlen. De repente mi mente se “teletrasportó” muchos años atrás, cuando desarrollé mi primera campaña marina, recien entrado en Greenpeace.
Recuerdo que. tras una dura jornada de campaña a bordo del MV Gondwana, uno de los marineros, con la piel curtida por el sol y miles de horas a bordo, se acerco a mí, un novato un tanto desconcertado y sin experiencia marina alguna, y me empezó a contar una historia relacionada con su amigo Jim. Lógicamente yo ni conocía a este marinero, ni mucho menos a ese tal Jim, pero la historia me cautivó. Me estaba contando cómo se gestó la campaña “Don't make a Wave”, cuando el barco Phyllis Cormack partió, a principios de los 70, rumbo a la isla de Amchitka para protestar por las pruebas nucleares que Estados Unidos pretendía desarrollar allí.
El marinero, cuyo nombre no recuerdo, me iba desgranando las historia con tal convicción que incluso olvidé que lo hacía en un inglés tan cerrado que entendía a duras penas. Sí, me estaba hablando de Jim Bohlen y de las peripecias que acontecieron en aquel accidentado viaje liderado por él, dada su experiencia naval en el Pacífico Norte, hacia una remota isla en Alaska, cuya existencia sólo conocían unos pocos.
Jim quería estar allí y dar testimonio de lo que iba a suceder para sacudir la conciencia de la opinión pública mundial, y vaya si lo consiguieron. Utilizaron dos herramientas muy poderosas: dar testimonio de los problemas, allí donde ocurren y emplear la acción directa no violenta. Se estaba gestando el nacimiento de Greenpeace, que hoy cuarenta años después, sigue manteniéndose fiel a estos principios en sus acciones en defensa del medio ambiente.
Jim Bohlen, a quien nunca conocí personalmente, nos ha dejado, pero las profundas convicciones que le impulsaron toda su vida, permanecen vigentes en los activistas de Greenpeace, hoy en día. Hasta pronto Jim. Muchas gracias por tu sabiduría y coraje.
Mario Rodríguez, responsable de campañas de Greenpeace