Greenpeace no está en contra de las empresas sino en contra de sus malas prácticas. Monsanto tiene un largo historial delictivo, desde el agente naranja, utilizado en la guerra de Vietnam, hasta los transgénicos que suponen una amenaza directa a un sistema agrícola sostenible, a la soberanía alimentaria, para el medio ambiente y para la salud de las personas y resto de seres vivos.
Averiguaremos con Batlle, quién comercializa estas semillas, la situación de las mismas y, si se confirma que están patentadas, las retiraremos inmediatamente de nuestra tienda.
Muchas empresas han sabido cambiar sus malas prácticas, algunas debido al trabajo de Greenpeace, y han optado por un camino hacia la sostenibilidad y el respeto por el medio ambiente y la salud. Ojalá también Monsanto reconozca que el futuro de la alimentación y del planeta pasa por adoptar un modelo de agricultura ecológica y se dedique exclusivamente al desarrollo de esta agricultura y a la comercialización de semillas ecológicas y sin patentar.
Porque las patentes de semillas crean nuevas dependencias para los agricultores, productores de alimentos y consumidores. Las patentes sobre las semillas tienen que ser consideradas como una apropiación indebida de los recursos básicos de la producción agrícola y de alimentos y un abuso general de la ley de patentes.
Las semillas son fuente de vida y por este motivo Greenpeace defiende el libre intercambio de semillas. Para más información sobre la problemática de patentar semillas mira la siguiente iniciativa de la cuál Greenpeace es parte