Greenpeace celebra hoy su 40 aniversario. Para conmemorar esta fecha, Kumi Naidoo, Director Ejecutivo Internacional, pide que recordemos aquel primer viaje de Greenpeace y demandemos un futuro mejor para nuestro planeta.
Greenpeace nació hace 40 años cuando un grupo pequeño de entregados individuos partió de Vancouver dispuesto a cambiar el mundo y poner fin a las pruebas nucleares estadounidenses en las islas Aleutianas. Aunque no llegaron a su destino y la prueba se llevó a acabo, la acción directa no-violenta captó la atención del público, consiguió que se cancelaran pruebas futuras y forjó un movimiento que se convirtió en la mayor organización medioambiental independiente del mundo.
Greenpeace que durante cuatro décadas ha conseguido que los temas medioambientales sean importantes a nivel político y mediático y ha logrado significativas victorias para el planeta, hoy se enfrenta a un sinfín de crisis: económica, ecológica y democrática. La más desafiante de ellas el cambio climático.
Ya no se pueden tolerar las refriegas entre políticos que desperdician las oportunidades para llegar a un acuerdo sobre cómo evitar las peores consecuencias del cambio climático. Se necesitan líderes con visión de futuro, que tomen acciones audaces para frenar el cambio climático y protejan a aquellos con mayor posibilidad de sufrir sus consecuencias. Se necesitan ciudadanos que responsabilicen de sus actor a políticos y líderes empresariales.
Greenpeace cuenta con oficinas en más de 40 países y en todos los continentes, con activistas de todo el mundo y de todas las culturas unidos por una causa común – verdaderos guerreros del arco iris. Greenpeace tiene 11,6 millones de simpatizantes y 2,8 millones de donantes y dispone de una flota de barcos que le permite proteger el medio ambiente en las regiones más vulnerables del plantea como la alta mar, la selva tropical de la Amazonía y el Ártico.
Además de su presencia mundial, durante estos 40 años Greenpeace se ha convertido en una organización que cuenta con personas de todos los estratos económicos y todas las culturas. Científicos, abogados, doctores, periodistas, estudiantes, ingenieros, padres y abuelos, un abanico de disciplinas necesarias para que las campañas se basen en la ciencia, la comunicación sea sencilla e inteligible, las acciones sean osadas pero seguras y los barcos surquen los mares.
Greenpeace sabe que para que las corporaciones y organismos multinacionales reaccionen hay que presionar a nivel internacional a todos los niveles. Personas que entienden que las amenazas sobre el medio ambiente son transnacionales y las soluciones, globales.
Los fundadores de Greenpeace demostraron que un pequeño grupo de personas comprometidas puede cambiar el mundo mediante la protesta pacífica y siendo testigos. Al unir las palabras “green” y “peace” los fundadores dejaban claro que para solventar un problema hay que solventar los demás. Sus acciones deben servir como fuente de inspiración a la sociedad, de lo que se puede conseguir si trabaja unida a través de coaliciones y alianzas por un futuro mejor para nuestros hijos y nuestro planeta.
El éxito de Greenpeace se medirá cuando la organización ya no sea necesaria. Esperemos que en cuarenta años se haya frenado el caos climático y la ecología y la economía estén equilibradas y tenga en consideración la equidad. Entonces el trabajo de Greenpeace habrá finalizado.
Hoy innumerables comunidades y activistas de todo el mundo rinden homenaje y se inspiran en la visión de los “greenpeaceseros” que partieron a Amchitka el 15 de septiembre de 1971 para enfrentarse a un potencia mundial y paralizar las pruebas nucleares. Y ganaron.
Mientras tanto os deseo paz, y gracias a todos los simpatizantes y activistas de Greenpeace que han hecho de la organización lo que es hoy en día.
- Kumi