Esta vez le ha tocado a Barcelona sufrir el golpe, el dolor y las consecuencias mortales de los discursos de odio, amenaza latente y rechazo al diferente que tratan de instalarse en diferentes partes del planeta con distintos enemigos pero con igual objetivo. Estos discursos pretenden hacer emerger el odio a lo que es diferente, quieren provocar terror e intentan fomentar el aislamiento y, sin embargo, la respuesta de la sociedad catalana y española ha sido ejemplarmente distinta: “No tinc por, no tenim por”. No tenemos miedo, porque estamos juntos.
Lejos de hacer despertar el odio y el miedo, Barcelona y Cambrils han querido despertar la solidaridad y el compromiso con la sociedad. Una sociedad que se ha unido para dar respaldo a quienes más han sufrido el dolor, las víctimas de los ataques y sus familias, y a quienes más sufren las reacciones violentas y xenófobas, la comunidad musulmana.
Barcelona ha sido ejemplar, acompañando en el dolor, protegiendo al vulnerable y resistiendo juntos ante el terror. Barcelona ha seguido la única vía posible para vencer el odio, para crecer como sociedad y para alcanzar la paz. Gracias Barcelona por mostrarnos el camino. Siguiendo vuestro ejemplo, tampoco tenemos miedo.
Greenpeace