Garoña está cerrada, además de por motivos económicos, por problemas de seguridad. Pero Endesa e Iberdrola, a través de Nuclenor, han pedido una licencia para su explotación hasta el año 2031.
Garoña está cerrada porque no puede utilizar las aguas del Ebro a no ser que construya torres de refrigeración o baje su potencia.
Garoña está cerrada porque no hay procedimiento normativo de seguridad nuclear para saber cuales son los pasos, requerimientos, plazos, etc. en el procedimiento de elaboración de los dictámenes técnicos necesarios ante una situación tan insólita.
Garoña está cerrada porque es muy vieja, y los riesgos derivados del envejecimiento son insalvables.
Garoña está cerrada porque no es necesaria para la garantía de suministro.
Garoña está cerrada, igual que lo están las nucleares de EE.UU. en su misma situación.
Greenpeace pide que Garoña siga cerrada y que el Consejo de Seguridad Nuclear que aconseje su desmantelamiento.
Para más información consultar el posicionamiento de Greenpeace ante esta solicitud.