Julio Barea, responsable de contaminación de Greenpeace España
A pesar de la crisis económica de los últimos años, el
crecimiento en la generación de residuos sigue imparable. Las medidas dirigidas a recuperar el consumo y la falta de políticas de prevención no han hecho más que empeorar la situación. Un ejemplo de ello lo tenemos hoy mismo, día en que España ya ha gastado más recursos naturales de los que es capaz de generar en un año (lo que se conoce como "huella ecológica global").Y
los residuos son una parte importante del problema.Estamos en un momento clave para definir cómo queremos que sea la gestión de nuestras basuras en las próximas décadas. Se está tramitando en las Cortes la denominada Ley de residuos y suelos contaminados a la que Greenpeace y otros colectivos han presentado alegaciones y promovido enmiendas. Esta Ley debería poner fin a años de despilfarro de recursos, contaminación y problemas asociados a nuestros residuos. Además, tendría que suponer una oportunidad económica y de creación de nuevos empleos verdes.
Con el fin de lograr estos objetivos, Greenpeace compareció en la Comisión de Medio Ambiente del Congreso de los Diputados para corregir algunas de las carencias del actual borrador de Ley de residuos.
Todos los grupos parlamentarios presentes agradecieron la intervención y se comprometieron a considerar las alegaciones. Se antoja una tarea complicada pues la Ley no incluye expresamente políticas dirigidas a la reducción de residuos, no obliga a separar la materia orgánica, no grava la incineración y el vertido para erradicarlos de la actual gestión, no elimina las bolsas de plástico de un solo uso y alarga su “sustitución por otros materiales” hasta 2018. Asimismo no implanta de forma obligatoria en todo el Estado los sistemas de depósito y devolución de envases y finalmente no considera la certificación forestal para hacer estos más responsables con los bosques.
A pesar de ello, todavía estamos a tiempo de mejorar la Ley.
Los próximos días serán importantes para seguir con la negociación con los grupos parlamentarios y recordarles su responsabilidad para hacer de este texto una Ley ambiciosa, que suponga una oportunidad con claros beneficios económicos, sociales y ambientales. No nos podemos permitir seguir tirando nuestro futuro y el de nuestro planeta al cubo de la basura.
Julio Barea, responsable de la Campaña de Contaminación de Greenpeace.