Es difícil de entender, luego de creer y al final escandaliza. A mi al menos me pasó, fue cuando conocí por primera vez a personas que sufren el Síndrome de Sensibilidad Química Múltiple (SSQM). Te chocas de frente con la consecuencia más dramática del desarrollo sin control de la industria química y los costes que esta industria nunca va a pagar.
Los enfermos de SSQM pagan parte de la factura de esta industria porque presentan intolerancia a las sustancias que fabrican, desde las que contienen los perfumes a las de los plásticos, pasando por pinturas, desodorantes, colchones y juguetes, ¡todo! La sensibilidad química altera el organismo, no es solamente como una macroalergia porque no sólo afecta al sistema inmunológico, sino a varios sistemas del organismo.
Puedes imaginar lo que implica la vida de una persona que si entra en contacto con sustancias tóxicas cae enfermo. Enfermar por algo tan cotidiano como entrar en una sala donde usan ambientador o que hayan pintado la escalera de tu casa. Justo lo que estás pensando, tienen que vivir literalmente y en muchos momentos, dentro de una urna de cristal. Este es el coste que la industria nunca pagará. Además de que esta enfermedad ni tan siquiera está todavía está reconocida por la OMS. Esperamos que este “todavía” sea muy corto.
Hace días que recibimos en nuestra web Fotodenuncia decenas de fotos de personas que sufren esta afección. Por eso queremos que sepan que desde Greenpeace apoyamos su causa y que compartimos su indignación. Greenpeace lleva más de 30 años buscando la forma de acabar con la contaminación química. La Campaña de Tóxicos, desde los orígenes de la organización, ha trabajado para conseguir poner freno a la liberación desenfrenada de sustancias peligrosas a nuestro medio ambiente.
Llevamos ya un camino muy largo recorrido pero historias como estas nos enseñan que nos queda mucho por recorrer. Hasta que los más vulnerables no tengan que pagar un cheque en blanco a la industria química para que ellos sigan haciendo negocio.
Sara del Río, responsable de la campaña de contaminación de Greenpeace
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