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Central nuclear de Cofrentes, Valencia. Foto: Anónimo |
¿Qué habrá pensado el dueño de esta casa el pasado 10 de enero? Vive en un pueblo cuyo centro urbano se encuentra a menos de 2 km. de la central nuclear de Cofrentes. Aquél sábado se tuvo que declarar una prealerta de emergencia debida a fallos reiterados en las válvulas de alivio/seguridad del circuito primario (componentes sumamente importantes para la seguridad de la central).
¿Habrá sentido, al menos, cierta inquietud al recordar que la noche del 11 julio de 2008 se declaró otra prealerta de emergencia por el fallo de una de esas válvulas de seguridad? Un suceso que fue réplica, casi exacta, del ocurrido el 7 de abril de ese mismo año.
¿Pensará que este serio problema no parece haberse solucionado, a pesar de que el 24 de octubre la central de Cofrentes tuvo que iniciar una larga parada para revisar el cableado eléctrico de las válvulas de alivio del circuito primario, cuyos fallos son las causantes de esas prealertas?
¿Sabrá que el agotamiento de la vida útil de las centrales nucleares lleva inevitablemente a un incremento de riesgo de accidentes?
Desde Greenpeace le diríamos que Cofrentes es un claro ejemplo de una central envejecida y peligrosa: así lo demuestra la reiteración de fallos en componentes fundamentales para la seguridad y la acumulación de sucesos de seguridad: 30 en los últimos 3 años.
Y le pediríamos que escribiese a Zapatero para que el PSOE ponga en marcha ya el prometido plan de cierre de las centrales nucleares, y deje de jugar a la ruleta rusa nuclear.
Carlos Bravo, responsable de la campaña Nuclear de Greenpeace España.