En esta fotografía se puede ver una granja de engorde abandonada en la que no parece que se desarrolle actividad ninguna. La empresa debería retirar este residuo del mar.
3/4 partes de los stocks pesqueros mundiales están totalmente explotados o agotados y la acuicultura no es la solución al problema de los océanos. Esta industria de engorde se presenta como la solución a esta crisis, sin embargo está provocando contaminación química, invasión de especies foráneas, abusos de los derechos humanos y sobreexplotación pesquera.
- Sobrepesca: el uso de peces para la elaboración de harina y aceite de pescado para alimentar a muchas de las especies que se crían y engordan en las granjas de acuicultura no disminuye la presión sobre las pesquerías, sino que en muchos casos la empeora. La cantidad de peces necesaria para que un salmón engorde un kilo es de entre 4 y 5 kg. En el caso del atún rojo, esta cantidad se eleva hasta los 20 kg por cada kilo de pez producido. La mayoría de las especies de acuicultura que se consumen España como dorada, rodaballo, lubina, salmón, etc., son especies carnívoras, por lo que necesitan comer otros peces para desarrollarse.
- Contaminación química: a las jaulas y a los estanques de producción se añaden una gran cantidad de productos químicos y de fármacos para controlar los virus, las bacterias, los hongos u otros patógenos, que suponen un riesgo para biodiversidad cercana. El uso de antibióticos supone también un riesgo potencial para la salud pública, al favorecer el desarrollo de resistencias.
- Invasión de especies foráneas: la fuga de especies en un medio del que no son originarias provoca casi siempre consecuencias negativas para las especies autóctonas. Un ejemplo lo encontramos en la fuga de salmones del Atlántico en el océano Pacífico, donde ha desplazado a poblaciones autóctonas como la trucha arcoiris migratoria de Norteamérica, al competir con ellas por la comida y el hábitat.
- Violaciones de derechos humanos: la ubicación de las granjas impide el acceso a las áreas costeras que, en muchos casos, son un territorio de uso común de las comunidades locales. En el caso de la cría de langostino tropical en países como Filipinas, Vietnam, Tailandia, Bangladesh, Ecuador, Honduras o Brasil, se ha producido el desplazamiento de comunidades costeras a gran escala, muchas veces sin compensación económica y sin recibir a cambio un lugar alternativo donde poder vivir. En países como Bangladesh, más de 150 asesinatos están directamente relacionados con la acuicultura.
- Destrucción costera: la ubicación de estas granjas en espacios costeros de alto valor ambiental provoca un deterioro irreversible de su riqueza natural, come es el caso de algunas plantas en espacios protegidos de la red Natura 2000 que es la red europea que selecciona los espacios marinos más singulares de nuestro litoral o granjas que directamente se sitúan sobre praderas de Posidonia u otros hábitats amenazados de nuestros mares.
FOTO:
Título: Piscifactoria ruinosa
Lugar: Arenys de Mar (Barcelona), Catalunya
Autor: Anónimo
Paloma Colmenarejo, campaña de Océanos de Greenpeace.