Feliz Navidad en los bosques de Laponia

En abril de 2006 Greenpeace embarcó a un grupo de escritores europeos rumbo a Laponia, la región finlandesa al norte del círculo polar ártico. Un servidor acompañaba a Javier Moro, autor de, entre otros títulos, Senderos de Libertad o Pasión India. Un escritor enamorado como nosotros de los bosques.

Nos hubiera gustado disfrutar de la magia de las auroras boreales, pero el tiempo sólo nos permitió ver un paisaje lleno de luz gris y blanquecina en una tierra habitada por los Sami, un pueblo dedicado a la cría de renos y la pesca. Porque queríamos que los escritores fueran testigos directos de una reclamación histórica, el derecho del pueblo Sami a pastorear sus rebaños de renos en los últimos bosques primarios de Europa. Un derecho que había empujado a este pueblo a denunciar su caso ante el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas, comité que había instado al gobierno de Finlandia a detener las talas en estos bosques.

Bosques que la industria papelera estaba transformando en madera y papel. Un papel que era utilizado por la industria editorial para la producción de libros. Los escritores debían ser los altavoces de una contradicción: para trasmitir cultura estábamos destruyendo la biodiversidad y la riqueza forestal de Finlandia, además acabando con una forma de vivir. El viaje se enmarcaba dentro de una campaña de Greenpeace para demandar al sector editorial que boicoteara a la industria papelera que estaba detrás de este problema.

Tras 8 años de campaña, el pasado viernes se firmó en Helsinki el final de este conflicto. El gobierno finlandés y el pueblo Sami firmaron un acuerdo por el que se excluían de la tala industrial 80.000 hectáreas de bosque boreal en Laponia. La industria papelera no podrá seguir convirtiendo bosques primarios en papel.

Hoy toca celebrarlo. Y acordarse de los escritores que, como Javier Moro, nos apoyaron. Y de los voluntarios que estuvieron formando parte del Forest Defenders Camp en medio de la nieve y las bajas temperaturas.