¡Mallorca está de enhorabuena! El Consell, con los únicos votos en contra del PP, ha aprobado la moción del Pi-Proposta per les Illes que pedía la paralización de nuevos contratos de importación de residuos de fuera de Baleares para quemar en la incineradora de Son Reus. En pocas palabras: Mallorca dejará pronto de ser el vertedero de Europa.
La gestión de residuos en Mallorca tiene un historial totalmente irracional. Greenpeace ya denunciaba en su informe Radiografía social del medio ambiente en España la trama de corrupción denominada “Operación cloaca”, que puso al descubierto una trama entre el anterior Consell y varias empresas concesionarias del servicio de recogida de residuos.
Mientras que 37 municipios ya han apostado por la recogida de residuos selectiva puerta a puerta, que permite alcanzar niveles de recuperación del 70%, el PP aprobaba en enero un plan para importar casi dos millones de toneladas de residuos hasta 2020, procedentes de Irlanda e Italia. Con la quema de estos residuos sin duda aumentarían los beneficios para la empresa concesionaria de todo el complejo de Son Reus (TIRME, participada por Endesa e Iberdrola), pero son los mallorquines y mallorquinas quienes pagan con su salud la irresponsabilidad política de optar por la quema de residuos en lugar de apostar por sistemas de recuperación y reciclaje.
Una vez más, el papel de las entidades sociales ha sido fundamental, y la propia Consellera ha señalado que la decisión de paralizar las importaciones se ha tomado tras diversas reuniones con la plataforma 'No volem ser el femer d'Europa', Amics de la Terra, Grupo de Ornitología Balear (GOB) y Greenpeace.
No nos sorprenden las declaraciones del Partido Popular ante la nueva medida, al tachar de irresponsabilidad el rechazo a quemar la basura generada por otros países, amenazando con subidas en la tasa de incineración y posibles indemnizaciones a la empresa, a pagar con el dinero de la ciudadanía. La verdadera irresponsabilidad es seguir apostando por un modelo caduco de gestión de los residuos, ignorando las opciones más sostenibles que pasan por la disminución de residuos en origen, la recuperación y el reciclaje.
Desde Greenpeace celebramos la iniciativa y animamos a los municipios de Mallorca y del resto del Estado a optar por sistemas de recogida como el 'puerta a puerta'. No hay justificación para seguir utilizando el dinero público en instalaciones contaminantes ni en subvenciones a grandes empresas que destruyen el medio ambiente y afectan a la salud de las personas. #IncineraciónNO
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