Mientras las tensiones aumentaban entre Rusia y Ucrania, también lo hacían los temores de que hubiera interrupciones en el suministro de gas a Europa.
Este fue el detonante para que nuestros líderes solicitaran a la Comisión Europea la elaboración de un estudio sobre seguridad energética que diera como resultado un plan para reducir la dependencia energética de la UE.
Los europeos nos gastamos cada día más de 1.000 millones de euros en importar más de la mitad de nuestra energía (el 53% en 2012). Y todo esto enmarcado en la discusión de los objetivos climáticos y energéticos de la UE para 2030 que tendrá lugar en junio y que llevará a la decisión final en octubre.
Hoy la Comisión presenta este famoso estudio sobre la seguridad energética, pero, lamentablemente, parece que la espera no ha valido la pena, ya que el plan habla muy poco acerca de las opciones de la UE para reducir efectivamente las importaciones y la dependencia energética.
El plan, según los borradores que ya se han filtrado, pone de manifiesto que la Comisión considera que el problema esta en la "fuerte dependencia de un único proveedor externo" de energía (Rusia), pero no en el suministro exterior de energía.
Su respuesta a la adicción de Europa a los combustibles fósiles importados es la búsqueda de nuevas fuentes de combustibles fósiles, es decir “diversificar” la dependencia. De hecho todas las medidas mencionadas en el plan para ayudar a ahorrar energía o desarrollar las energías renovables, una fuente de energía verdaderamente local, se quedan en pura retórica y carece de propuestas concretas.
En realidad, el plan de la Comisión reorganiza pero no reduce el suministro del gas y parece solo focalizarse en reducir la dependencia del gas ruso y cambiar de proveedor, como por ejemplo sería el caso español, que no depende de Rusia sino en su mayoría de Argelia.
Pero la Comisión hace un muy buen trabajo ignorando lo obvio, los combustibles fósiles son tan escasos en Europa que sólo pueden venir del exterior. La verdadera solución a esto es una reducción de la demanda de energía y un rápido cambio a la energías renovables, que son energías locales y que hay en abundancia.
Sólo una estrategia que priorice el ahorro energético y el desarrollo de energía renovable reducirá significativamente la dependencia de Europa de las importaciones de energía en el corto y el largo plazo. Dicha estrategia también proporcionaría más empleos que las inversiones en el suministro de combustible fósiles.
Según un informe de la propia Comisión de enero de este año, si tuviéramos un objetivo de energía renovables a un 35% y tuviéramos unas políticas de eficiencia energética ambiciosas, se reducirían las importaciones netas en más de la mitad para el año 2050. Bajo el mismo escenario, el consumo de gas de la UE se reduciría en un 29,5% en 2030 y el 54,4% en 2050.
Entonces, ¿a qué esperan para crear un verdadero plan de independencia energética de mano de las energías renovables y la eficiencia energética?
Marina Bevacqua - Campaña de Energía y Cambio Climático @marbevacqua
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