Queridos amigos y amigas,
Unos días después de mi liberación de la cárcel danesa de Verser, y ya con más información sobre todo lo acontecido por aquí en torno a nuestro cautiverio, quería dedicar unos minutos a agradecer el apoyo de tanta y tanta gente que os habéis movido para conseguir nuestra vuelta casa.
Nora, Joris, Christian y yo mismo, estamos estado presos por tratar de evitar el fracaso de la Cumbre del Clima (COP15) que se celebró en Copenhague. A pesar de las muy serias advertencias científicas, que nos urgen a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 40% para el año 2020, y casi en su totalidad para el año 2050, lo cierto es que los dirigentes mundiales no fueron capaces de cerrar un acuerdo global para alcanzar esos y otros objetivos que nos pusieran en el camino de frenar el cambio climático. Por eso nuestra protesta tenía todo el sentido: se hizo e el momento adecuado (a falta de dos días para el final de la Cumbre); y en el lugar en el que se iban a reunir más de 100 jefes de estado y de gobierno.
En la línea de las mejores acciones de Greenpeace, la protesta fue espectacular pero totalmente pacífica. No hubo riesgo para nadie, más que para nosotros mismos.
Sin embargo tras la detención, nos llevaron a prisión donde pasamos 21 días, en lo que consideramos una reacción totalmente desproporcionada de la policía danesa. Nos enfrentamos ahora a diversos cargos, sobre los que se celebrará juicio contra nosotros, y otros cinco activistas que colaboraron en la acción. El caso, por tanto, no está cerrado.
No obstante, a mi vuelta a casa quiero agradecer uno por uno todos los apoyos recibidos. Me gustaría poder hacerlo a cada una de las personas que han participado en las decenas de concentraciones, ha enviado un email a la embajada o al gobierno danés, ha suscrito alguno de los manifiestos en favor de nuestra liberación…..o cualquiera de los tantos gestos que, finalmente, han conseguido que salgamos en libertad. Gracias, gracias, gracias.
Muchas veces nos preguntamos si ese pequeño gesto de enviar un correo, hacer una llamada, o participar en una ciberacción sirven para algo. Puedo aseguraros que sí. Esta vez lo he vivido en directo desde dentro de la prisión, y a pesar de que a nosotros no nos ha llegado casi información porque estábamos incomunicados, supimos de muchos de esos pequeños gestos de apoyo que nos llenaron de ilusión. Fuimos también conscientes de cómo la presión que estabais ejerciendo se hacía sentir en los distintos estamentos a los que iba dirigida. De nuevo, gracias.
Un cariñoso saludo,
Juan López de Uralde
Director Ejecutivo
Greenpeacer España