Paradojas de la vida: llegamos a Libia a bordo del Arctic Sunrise el mismo día en que Gadafi llega a España. Nuestra misión aquí es continuar la campaña SALVEMOS EL MEDITERRÁNEO, un esfuerzo en el que llevamos trabajando desde 1986 para tratar de conseguir la protección las riquezas del "mar que esta entre nosotros".
Así que escribo estas líneas desde Trípoli, a donde llegamos en la noche de ayer procedentes de Malta con el objetivo de llamar la atención sobre la necesidad de proteger los valiosos ecosistemas costeros de este país, ahora tan amenazados.
Las aguas de Libia albergan el último refugio del atún rojo, una especie gravemente amenazada por la sobrepesca. En cuanto se abre la temporada la flota europea - francesa, española - y Libia se ciernen sobre este último caladero de atún rojo, cobrando grandes capturas. En los últimos años hemos constatado que las capturas de atún rojo se han reducido en mas de un 80% en el Mediterráneo, todas las luces rojas están encendidas.
Hace frío en Trípoli y esta lloviendo. Los colegas de la oficina de Greenpeace Mediterráneo han colocado una exposición en cubierta sobre las Reservas Marinas y en concreto sobre la necesidad de establecer una Red de Reservas Marinas en Libia.
En los más de 2000 kilómetros de costa mediterránea casi virgen de Libia se encuentran algunos de los mas valiosos ecosistemas costeros. Merece la pena su protección.
A bordo del barco de Greenpeace Arctic Sunrise, Juan López de Uralde, director de Greenpeace España