Hoy, Día Internacional de la Mujer, personas y organizaciones de todo el mundo en decenas de países se suman a la iniciativa de un Paro Mundial, que llama a dejar los puestos de trabajo, los cuidados y las tareas del hogar. Las reivindicaciones de la protesta, a la que Greenpeace se suma hoy, van desde el fin de la violencia machista hasta la brecha salarial, denunciando las innumerables injusticias que las mujeres sufren cada día por el hecho de ser mujeres, al vivir en sociedades donde la igualdad de género aún está por llegar.
Ligado a nuestros valores de paz, desde Greenpeace condenamos la violencia machista, apoyando iniciativas como las de la huelga de hambre iniciada por las mujeres de la asociación Ve-La Luz, que reclaman que la violencia de género sea una cuestión de Estado. Como organización ecologista, además, sabemos que el ecologismo no puede ser exitoso sin una perspectiva de género, que identifique los diferentes grados de vulnerabilidad de hombres y mujeres y que identifique agentes de cambio, ya que solo así se podrán proponer soluciones y tener una incidencia real. De la misma manera, el feminismo que no aborda los aspectos ambientales, deja de lado temas fundamentales en la lucha por la igualdad. Y es que ecologismo y feminismo van de la mano, de otra manera no podrá haber una transformación hacia un mundo más sostenible y justo.
En este Día Internacional de la Mujer, (que lo son todos) desde Greenpeace nos sobran las razones para unirnos a este Paro Mundial. Aquí dejamos algunas de ellas (hay muchas más, igual de importantes), que integran ecologismo, feminismo y justicia:
1. Los movimientos de justicia y medio ambiente son aliados naturales. El mismo sistema patriarcal y capitalista que explota nuestra tierra y amenaza nuestro medio ambiente, coloca a las mujeres y a grupos marginados en una posición en la que sufren más por los impactos de los combustibles fósiles y el cambio climático.
2. Las mujeres son también quienes están en primera línea contra los combustibles fósiles. Desde la exitosa protesta contra nuevas minas de carbón en el bosque Mahan de India, hasta las abuelas suizas que acuden a los tribunales para exigir justicia climática o los grupos de mujeres que reforestan la cuenca del Congo.
3. Los derechos de las mujeres, que suponen más de la mitad de la población mundial se están viendo seriamente amenazados por políticas como las de Donald Trump, que ha provocado una de las mayores movilizaciones recientes de mujeres, las “Women’s March”, demostrando que las mujeres de todo el mundo no están dispuestas a dar ni un paso atrás en la conquista de sus derechos.
4. El perfil de mujer e indígena es el más peligroso del activismo. Es el caso de Berta Cáceres, asesinada el pasado 3 de marzo tras varios años de lucha feminista y ambiental, y una vida muy intensa y llena de amenazas.
5. La violencia machista es la más extendida a nivel mundial: según datos de la ONU, 1 de cada 3 mujeres sigue sufriendo violencia física o sexual a manos de un compañero sentimental. En España, en lo que llevamos de año, han sido asesinadas 20 mujeres, y el Ministerio de Sanidad reconoce al menos 890 mujeres víctimas de violencia de género desde 2003, si bien los colectivos feministas cifran las víctimas en muchas más (586 asesinatos de mujeres solo entre 2010 y 2015).
Terminamos recordando en este 8 de marzo las palabras de Berta Cáceres cuando recogía su premio Goldman: “¡Despertemos Humanidad¡ Ya no hay tiempo. Nuestras conciencias serán sacudidas por el hecho de solo estar contemplando la autodestrucción basada en la depredación capitalista, racista y patriarcal.”