Cuando tienes algo que valoras ¿qué haces? lo guardas en una caja fuerte, en un lugar especial o quizás lo expones con cuidado para que la gente lo admire. Y si no son objetos sino personas: las cuidas... estás pendiente de su salud. Pero parece que si saltamos de lo individual a lo colectivo nos cuesta más apreciar las cosas y, como consecuencia, protegerlas.



El Ártico es un fiel reflejo de esto. Es vital para el clima del planeta, alberga una biodiversidad única y es el hogar de 4 millones de personas. Suena importante y valioso ¿verdad? Pues ahí está, con el dudoso honor de ser el océano más desprotegido del planeta. El Ártico cuenta con unas pocas zonas protegidas en la costa, pero si salimos al mar helado abierto, en sus aguas internacionales nos encontramos con un 0% de protección. Nada.

La desprotección en los océanos no es nueva. Solo el 3,41% se encuentran protegidos. Este porcentaje debe aumentar y mucho, casi el triple, ya que según la Convención de Diversidad Biológica el 10% debería estar protegido en 2020. Y el Ártico es un buen sitio para empezar porque lo necesita y de forma urgente. A medida que se deshielan sus aguas, quedan expuestas a las industrias que lo miran con ojos golosos. Y además está en desventaja con respecto a otras zonas marinas. Por ejemplo, su hermano helado del sur, el océano Antártico, cuenta con un 8,4% de protección. Incluso nuestro querido y maltratado Mediterráneo tiene el 4,56% de sus aguas protegidas.

Se estima que para alcanzar el objetivo de 2020 habría que proteger, en las aguas internacionales de los océanos, una superficie equivalente a tres veces Australia. No es poca cosa. Pues bien, la propuesta de Santuario Ártico en las aguas internacionales alrededor del Polo Norte supone un 10% de esa superficie por lo que sería un buen sitio para empezar. Y este año hay una oportunidad de oro.

El Convenio de OSPAR (que regula la protección de parte de las aguas del Ártico) puede asegurar en junio la protección del 10% del Santuario. Un pequeño trozo de la tarta completa. Pero ahí está, un primer paso muy significativo y con un potente mensaje. Solo es necesario que haya voluntad política para que en la próxima reunión de la Comisión de OSPAR se llegue al compromiso de proteger esa parte. Y nos alegra decir que el Gobierno español se encuentra del lado de quienes en OSPAR quieren que se de ese paso.

La necesidad y el imperativo de proteger los océanos, y la importancia del Ártico para el clima, para la biodiversidad, y para la supervivencia de sus habitantes no puede ser menos importante que su otro “tesoro”. El tesoro energético que oculta bajo sus aguas: gas y petróleo.  

Por eso esta mañana seis mujeres, entre las que se encuentra la medallista Gemma Mengual y la actriz Elena Anaya, comprometidas con la protección del Ártico y que se suman a los casi 7 millones de personas que creen que es un tesoro a proteger, inician una expedición para verlo y contarlo.

Elena Anaya y Gemma Mengual durante la rueda de prensa para presentar la expedición al Ártico.

Y para pedir a la Comisión OSPAR que aproveche la oportunidad que hay este año para dar un paso en la protección del Ártico. ¡Os seguiremos contando!

¿Qué puedes hacer tú?
- Ayúdanos a ser más, tenemos el reto de conseguir 500.000 firmas con esta expedición de mujeres para tener más voz para salvar el Ártico.