A pesar de los rigores de la ola de calor, el pasado 30 de junio en el Senado se habló de una región muy fría del planeta y a la vez caliente (porque está de actualidad): el Ártico. Durante la sesión de la Comisión de Medio Ambiente y Cambio Climático se aprobó una moción para instar al Gobierno a que apoye la Declaración por un futuro del Ártico.
Echando un poco la vista atrás, la Declaración Internacional por el Futuro del Ártico, publicada en 2013, es una Carta para la protección de la región y a su vez una herramienta que refleja la preocupación de la sociedad sobre las amenazas en torno a esta región única del planeta.
Desde su publicación han sido más de 1500 las personalidades del mundo de la ciencia, la cultura, la política y de la sociedad civil quienes se han sumado como signatarios de este documento, entre ellos varios Premios Nobel de la Paz como el Dalai Lama, Rigoberta Menchu o Desmond Tutu.
A nivel nacional, 10 ayuntamientos, el Parlamento de Navarra y el Parlamento de Cataluña firmaron el año pasado la Declaración, demostrando que la política municipal y autonómica puede dar ejemplo de compromiso.
Y ha sido uno de estos signatarios quienes en la pasada reunión de la Comisión de Medio Ambiente y Cambio Climático del Senado han dado un paso más allá. A iniciativa del Senador Joan Saura, designado por el Parlamento de Cataluña, se aprobó esta moción con el voto a favor del resto de grupos políticos. Resulta esperanzador ver que es posible alcanzar consenso político en un tema de importancia global como es la protección del Ártico. Porque, aunque nos quede lejos lo que pasa en el Ártico, por su función vital en el clima mundial, nos afecta a todos. Y durante los minutos que duró el debate en la Cámara, las paredes del Senado oyeron hablar del Ártico, de que es el hogar de 4 millones de personas, de que ha perdido dos terceras partes del hielo en los últimos 30 años, de las amenazas de la industria energética, de la evidencia científica que apoya su protección y del reciente compromiso de OSPAR para crear un área marina protegida en el Ártico.
Salvar el Ártico es salvar mucho más. Eso es lo que ha dicho el Senado en esta sesión y que trasladará al Gobierno para que apoye oficialmente la Declaración y así se sume no solo a los signatarios de la Declaración sino a los 7 millones de personas que han firmado la petición para proteger el Ártico.
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