Tranquilidad, aún no han llegado a tanto los efectos del cambio climático. El Ártico está que arde…. en los medios y eso es señal de que algo se cuece.
Por un lado, los medios internacionales nos comunican que los rusos han desplazado sus tropas para hacer ejercicios militares en la zona ¿con qué intención? Quizás no es más que una muestra de “poderío” pero uno de los intereses que tiene el Ártico, especialmente para los países costeros, es su posición geoestratégica. Es la puerta a nuevas rutas de navegación y una fuente de nuevos recursos.
Sin duda, el recurso estrella es el energético. El gas y el petróleo que alberga el Ártico dan para miles de artículos de todo tipo y enfoque. Especialmente en estos días en los que Shell está pendiente de la decisión del gobierno de Obama sobre su solicitud para perforar en Alaska. La seguridad de esta actividad está más que en entredicho, y los efectos de un vertido serían catastróficos. El aniversario de la catástrofe del Exxon Valdez, que hoy cumple 26 años, nos lo recuerda. Se vertieron once millones de barriles afectando a 1300 milas de la costa de Alaska. Solo se pudo recuperar el 10% del petróleo vertido. Lejos de aprender del pasado, los planes de perforación de las empresas energéticas siguen adelante. Gazprom está ahora perforando en el Ártico con una plataforma construida con partes desmanteladas. Seguridad puntera…
La pesca es otro recurso que cada vez cobra más relevancia e interés político. En enero de este año se reunieron 40 expertos árticos en Shangai para debatir sobre las pesquerías árticas. En la actualidad no hay ninguna medida de gestión que impida la pesca en el alto Ártico. El propio hielo que cubre las aguas se encarga de ello. Pero a medida que va desapareciendo, las flotas miran hacia el norte y con más interés aún si cabe cuando la comunidad científica ya está observando migraciones de algunas especies como el bacalao hacia aguas más al norte y más frías. Y aunque no se conoce aún el estado de esos caladeros los expertos piden precaución.
La pesca, el petróleo, las nuevas rutas…todo esto tiene un denominador común: el deshielo del Ártico, que es lo que está abriendo estas golosas posibilidades de explotación. Pero las consecuencias del deshielo para el clima global no son nada dulces. Diferentes estudios demuestran el efecto sobre la corriente en chorro (fundamental para la dinámica atmosférica) la cual se estaría debilitando a medida que el Ártico pierde hielo y manda menos aire frío a la atmósfera. Dinámicas atmosféricas aparte, una de las consecuencias serían mayores olas de calor.
Y para terminar con una “última hora”, la noticia más reciente sobre el Ártico no es nada buena. Se ha alcanzado un nuevo mínimo de máximo de hielo ártico. Muchas empresas estarán dando palmas. Aunque esto da para un post aparte.
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