Esto es un pequeño paso para el hombre, pero un gran paso para la humanidad. Esta mañana, a las 10h, el señor chair declaró la adopción del Tratado para la prohibición de las bombas de racimo. Podemos decir pues, que hoy el mundo es un poco mejor. Se ha logrado un hito histórico.
Hacía más de diez años, desde el Tratado de Ottawa, que no vivíamos un logro de tal calibre para el desarme internacional. Es, sin duda, un paso más a favor de la justicia y la paz. Tod@s l@s que estamos aquí no hemos asimilado aún lo que significa el momento que estamos viviendo.
Somos conscientes que este es un paso más en el camino hacia la erradicación total del sufrimiento causado por estas bombas y que aún queda mucho trabajo por hacer. Las firmas del máximo numero de países y la adecuada asistencia a las víctimas, son algunos de los retos que se nos plantean ahora y que no podemos olvidar. Pero es en estos momentos debemos aprovechar la energía positiva (y renovable!) que tenemos para encarar hacia el futuro con ganas e ilusión.
La semana no ha sido fácil. Cientos de reuniones informales, carreras en interminables pasillos, llamadas de móvil, nervios, confusión, pero siempre con la esperanza de conseguir un buen texto. Un documento humanitario. Un escrito que protegiera a las víctimas y a las posibles futuras víctimas de estas bombas. Sin embargo, el buen ambiente entre los miembros de las organizaciones humanitarias ha marcado nuestro trabajo y vida en Dublín, haciéndolo más agradable, productivo y divertido.
Porque ninguna idea vale la vida de una persona, porque es posible y necesaria la paz, porque hemos demostrado que podemos mejorar el mundo. Nos vemos en Oslo.
Mabel González. Responsable de Desarme de Greenpeace
Marta San Roman. Prensa de Greenpeace
* Campaña de desarme