Qué ironía. En el peor año de la crisis, España bate su récord en exportaciones de armas y material de doble uso. El año pasado se vendieron 1.346 millones de euros, ¡un 44% más que el año anterior! Con la bajada de otras exportaciones, y esta subida brutal, el dato impacta: uno de cada diez euros que exportamos corresponde a este tipo de material.
Pero más preocupante que las cantidades es a quiénes vendemos. Tailandia, por ejemplo, un país con graves disturbios e inestabilidad interna, donde el año pasado se produjeron violaciones graves de los derechos humanos. Se autorizaron exportaciones por valor de 50 millones de euros (aeronaves). Las ONG de la campaña Armas Bajo Control (Greenpeace, Amnistía Internacional, Intermón Oxfam y Fundació per la Pau) hemos pedido repetidamente al gobierno que suspenda estas exportaciones, sin éxito hasta ahora.
Otro caso: Sri Lanka. En mayo del año pasado se produjo la ofensiva final del gobierno contra el grupo separatista de los Tigres Tamiles. Según la ONU hubo más de 20.000 muertos, más de 200.000 desplazados, se bombardeó población civil… Pero el gobierno español autorizó exportaciones por casi 1,3 millones de euros (bombas, torpedos, cohetes y misiles), y sólo dejó de dar autorizaciones cuando la situación ya era gravísima.
Y ahora viene uno de los datos más preocupantes. Se autorizaron ventas a Israel por 2,5 millones de euros, en la categoría 4: bombas, torpedos, cohetes y misiles. Fueron autorizadas y no realizadas, es decir, que pueden estar teniendo lugar justamente ahora. Antes el gobierno decía que, por el tipo de producto que exportábamos a Israel, no podía ser utilizado para violar los derechos humanos. La pregunta es: ¿y ahora?
Esto es sólo un avance de los datos. Las organizaciones de la campaña estamos preparando un estudio a fondo de las exportaciones, que presentaremos en las próximas semanas. Lo que ya parece claro que el gobierno no está dispuesto a cumplir la ley que regula el comercio de armas, y que prohíbe las ventas a países en conflicto o donde se violen los derechos humanos. Al final, su supuesto pacifismo ha quedado a un lado frente a los intereses económicos.
Mabel González Bustelo, Responsable de la campaña de Conflictos y Medio Ambiente