Estamos a punto de acabar el año y como siempre nos invadirán los buenos deseos y propósitos para el nuevo año. Para el Gobierno de España, uno de estos nuevos “buenos” propósitos es contar con tener en marcha su reforma energética. En el mes de julio conocimos el contenido de la Ley que modifica el sector eléctrico y su contenido no ha dejado indiferente a nadie.
Pocas han sido las voces que hayan alabado lo que en ella se recoge. Incluso la patronal que reúne a las cinco grandes compañías eléctricas ha expresado sus críticas a algunos de los artículos. El motivo para hacer esto es un ejercicio de cinismo, pues la ley ha sido pensada y diseñada para cubrir un solo objetivo, proteger y beneficiar a empresas.
El resto de la sociedad, lleva desde entonces mostrando insistentemente su rechazo a todo el contenido de la reforma. La iniciativa www.bajatelapotencia.org que suma ya a 23 colectivos de ámbitos muy diversos (empresas, colectivos sociales y ambientales, agricultores, ganaderos, consumidores...) es un claro ejemplo de ello.
Ley está a la espera de su aprobación en el Congreso, el próximo mes de diciembre. Aprobación que tiene asegurada por la mayoría absoluta que sustenta al Gobierno. Sin embargo, otra historia se está cocinando en Bruselas. Allí, se habla ahora de crear un mercado único de la energía, nuevas inversiones, diversificación de las fuentes de energía, eficiencia energética y competitividad. Estos son los términos recogidos en el documento que la presidencia del consejo europeo presentará el próximo día 12 de diciembre en la reunión de ministros de energía de la UE. Evidentemente esto choca frontalmente con la nueva ley del Gobierno de España.
Tanto es así, que en el apartado de ese documento del Consejo donde se pide a los estados miembro intensificar el papel y los derechos de los consumidores, para estimular y permitir la generación de energía renovable por parte de los consumidores (autoconsumo), así como el almacenamiento de la electricidad por estos, la respuesta del Gobierno español ha sido la de tachar todo el párrafo, sin contemplaciones. Patética maniobra de nuestro país, que como decíamos al principio solo busca proteger y beneficiar a cinco grandes empresas.
Nos preguntamos como hará nuestro ilustre ministro de Industria, Energía y Turismo, J.M. Soria en esa reunión del próximo día 12 de diciembre para defender que el autoconsumo es un perjuicio para todos y quien decida hacerlo deberá pagar más por la electricidad producida que si se la compra a la cinco eléctricas beneficiadas por su ley. Difícil jugada que llevara de nuevo al Gobierno de España a enrocarse en Bruselas.
Julio Barea (@juliobarea) responsable Energía y Cambio Climático de Greenpeace